Enrique Bunbury muestra su lado más rockero

Subido sobre una bocina para cantar, corriendo de un lado a otro del escenario e inclinándose a tomar las manos de sus fans mientras interpretaba sus temas, Enrique Bunbury encendió a las 10 mil personas, cifra proporcionada por OCESA, que abarrotaron la noche de este lunes el Auditorio Nacional. El cantante mostró su lado más rockero durante las casi dos horas que duró su presentación, con canciones que recorrieron su trayectoria musical desde que era vocalista de Héroes del Silencio hasta las de su disco más reciente. Desde que salió al escenario a las 20:30 horas, se acabó el silencio en el Coloso de Reforma, que vibró con los gritos de la gente en La Ceremonia de la Confusión, que abrió la noche. Para brindarle honor a la canción, tanto Bunbury como si público mostraron la actitud correcta, al entregarse por completo a temas como Parecemos Tontos, Despierta y El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás, que pusieron a todos a corear. Vestido totalmente de blanco, el cantante desbordó actitud con sus movimientos, que no dejaron ajenos a los espectadores. A los costados el escenario tenía dos pasillos para acercarlo más a la gente y en cuanto los brillantes zapatos del intérprete los pisaban, la gente corría a rodearlo. Pero la pasión aumentó cuando Bunbury, a medio con concierto, pidió que se abriera la zona más cercana al escenario para que todo el público pudiera acercarse, lo que provocó que se llenara de fans que corrieron de inmediato, sin considerar que las sillas instaladas ahí no se podían quitar y terminó con personas arriba de otras. No nos hagamos daño, pidió Bunbury cuando presenció los empujones, para continuar con una noche que se engalanó con himnos como Héroe de Leyenda, Más Alto Que Nosotros y Maldito Duende. Pese a ya haberse despedido después de 18 canciones, la gente no dejaba de pedir más, por lo que al final el intérprete sumo 24 temas, que nadie dejó de corear. Muchísimas gracias de verdad, ha sido un placer. No se olviden de nosotros. Hasta siempre, fueron las últimas palabras del artista antes de salir corriendo del escenario mientras su banda se entregaba a las últimas notas de La Constante, canción que volvió heróico al intérprete.