Un enorme incendio que arde desde hace días en el extremo norte de la segunda isla más grande de Grecia seguía arrasando los bosques el martes, y su denso humo cubría las calles de una localidad próxima mientras cientos de bomberos luchaban para salvar lo que podían.
Activo desde el 3 de agosto, el fuego ha destruido gran parte del norte de Evia, una isla de escarpadas y boscosas montañas popular entre campistas y veraneantes griegos y extranjeros.
El martes por la mañana, las llamas que arrasaron viviendas y negocios y provocaron el desalojo de docenas de localidades, seguían ardiendo, aunque en menor escala, cerca de algunas aldeas. En el país hay varios incendios más activos, el más importante en la región sureña del Peloponeso.
Las autoridades griegas centraban el martes sus recursos en el incendio de Evia. El departamento de bomberos dijo que su dispositivo estaba formado por 873 efectivos, 50 equipos terrestres y 229 vehículos, e incluía bomberos de Ucrania, Rumanía, Serbia, Eslovaquia y Polonia. Catorce helicópteros ofrecían respaldo aéreo, de los cuales tres eran serbios, dos suizos y otros dos egipcios, agregó.
Cientos de bomberos y docenas de vehículos, aviones y helicópteros de países europeos y de Oriente Medio han llegado o están rumbo a Grecia para ayudar a combatir los incendios tras el pedido de ayuda lanzado por su gobierno.
Residentes y autoridades locales se han quejado por la falta de recursos para luchar contra el fuego, especialmente aéreos, y algunos dijeron que se enviaron pocos hidroaviones al inicio de la crisis, lo que permitió que las llamas se expandieran hasta el punto de que sobrevolarlas se hizo demasiado peligroso.
Las autoridades griegas se han centrado en salvar vidas, emitiendo órdenes de evacuación para decenas de aldeas y vecindarios. En 2018, un incendio que rodeó una localidad costera próxima a Atenas mató a más de 100 personas, incluyendo varios que se ahogaron al tirarse al mar para escapar del fuego y el humo.
Pero muchos residentes y autoridades de Evia señalaron que las órdenes de desalojo suelen ser prematuras e insistieron en que los residentes pueden quedarse y ayudar los servicios de extinción a salvar zonas habitadas.
Según el Sistema de Información Global de Incendios Forestales y el Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, ambos de la Unión Europea, las llamas han arrasado más de 49.000 hectáreas en Evia.