Washington.
Funcionarios electorales en estados cruciales electoralmente continuaban el jueves con el conteo de votos en la contienda por la presidencia de Estados Unidos, mientras el candidato demócrata Joe Biden pedía paciencia y el presidente Donald Trump sopesaba opciones legales e insistía en que el procesamiento de votos debería ser detenido.
El presidente pasó el jueves en la Casa Blanca, atendiendo llamadas telefónicas y redoblando esfuerzos para sembrar dudas sobre el resultado de la contienda. En una serie de tuits, Trump lanzó acusaciones infundadas de delitos electorales, y afirmó que el conteo de votos emitidos antes y el día de la elección debería cesar. Trump continuó su diatriba en un comunicado oficial de su campaña redactado en mayúsculas.
“SI SE CUENTAN LOS VOTOS LEGALES, YO GANARÉ CON FACILIDAD LAS ELECCIONES. SI SE CUENTAN LOS VOTOS ILEGALES Y TARDÍOS, ELLOS NOS PUEDEN ROBAR LAS ELECCIONES”, aseveró el mandatario.
Biden, mientras tanto, parecía proyectar la apariencia de un presidente, y asistió a una sesión informativa sobre la pandemia de Covid-19 el jueves. Garantizó a la población que el proceso del conteo de votos es confiable.
“Sean pacientes, amigos. Los votos están siendo contados, y nos sentimos bien sobre dónde nos encontramos”, tuiteó Biden.
La diferencia de enfoques es evidente en un momento en que la nación está ansiosa por saber cuál de los dos obtendrá los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. Las victorias de Biden en Michigan y Wisconsin lo colocaron a la delantera, pero Trump no mostró señales de rendirse. Podría tomar varios días más que el conteo de votos concluya y surja un claro ganador.
Mientras se siguen tabulando millones de boletas, Biden ya ha recibido más de 72 millones de votos, la mayor cantidad en la historia del país.