En vísperas de Tokyo 2020: La selección olímpica de beisbol sin dinero y con nuevo manager

La falta de recursos públicos para cubrir los gastos de preparación de la selección olímpica de beisbol ya provocó una crisis

La falta de recursos públicos para cubrir los gastos de preparación de la selección olímpica de beisbol ya provocó una crisis que derivó en el cambio de manager, lo cual no soluciona la execrable manera como el presidente de la Federación Mexicana de Beisbol (Femebe), Enrique Mayorga, y la directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Ana Guevara, se han comportado con el equipo mexicano.

Ni siquiera porque el presidente Andrés Manuel López Obrador le encargó personalmente que le diera seguimiento puntual a la selección de beisbol, Guevara dispersó el dinero gubernamental y atendió las necesidades de una selección que aspira a ganar una medalla histórica para el país. 

A menos de 15 días de que la novena mexicana viaje a Japón, ninguno de los peloteros que están en la lista larga, donde hay alrededor de 105 nombres, se ha sometido a un control antidopaje aplicado por el Comité Nacional Antidopaje (CNA) o por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), por lo que, lejos de que sean el talento o los números los que definan a los jugadores que representarán a México, asistirán aquellos que estén limpios.

Ante la inoperancia de Mayorga y Guevara, la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) ya tomó el control de la selección, pero nadie sabe si el dinero que se requiere para sufragar los gastos lo proporcionarán los dueños de los clubes o si, por fin, la Conade pondrá sobre la mesa los recursos gubernamentales.

Por lo pronto, la LMB está corriendo con los gastos que se están generando, los clubes prestarán a sus peloteros y les pagarán como si estuvieran jugando normalmente en la temporada y el patrocinador New Era pondrá los uniformes y el equipamiento deportivo.


Mayorga, un cero a la izquierda

El cisma en la selección de beisbol comenzó mucho antes del sábado 5 de junio cuando, a través de un enlace telefónico el presidente de la LMB, Horacio de la Vega, y Enrique Mayorga informaron al manager Juan Gabriel Castro y al gerente del equipo, Kundy Gutiérrez, que serían relevados de sus cargos.

La noche de ese sábado se reventó la liga que una y otra parte estuvieron jalando durante meses. Inconformes por un cúmulo de promesas incumplidas, entre ellas el pago de sus honorarios –y del personal con el que han estado trabajando–, Castro y Gutiérrez reclamaban, no sin razón, el dinero y también ayuda con una serie de trámites como, por ejemplo, que la Femebe ya pague una fianza que le debe a la oficina de las Grandes Ligas para poder negociar que les presten a los peloteros mexicanos que pertenecen a esos equipos.

Más de una vez amagaron con no entregar la información que, rascándose con sus propias uñas, generaron durante largas horas de trabajo. También dejaron ver la posibilidad de no asistir a la justa olímpica. 

A pesar de ser el máximo responsable de las selecciones nacionales en el país, Enrique Mayorga actuó como un cero a la izquierda. No fue capaz de gestionar que la Conade le entregara el dinero presupuestado para la novena olímpica, pero tampoco quiso aceptar en la cuenta de la Femebe los 2.5 millones de pesos que cinco dueños de igual número de clubes de la LMB ofrecieron como préstamo mientras llegaban los recursos gubernamentales. 

Así, ante la ineficacia de Mayorga, la LMB quiso solucionar el problema de falta de dinero, pero tampoco pudo. Al ver esto, Castro y Gutiérrez cortaron toda comunicación con Horacio de la Vega y decidieron resolverlo ellos haciendo una colecta con empresas de Estados Unidos y de México, lo cual molestó a todas las partes, pero sobremanera a Mayorga, pues le pareció de mal gusto tener que “botear” para conseguir dinero.  

“No quiso que lo hiciéramos. Esto era mejor porque si lográbamos recolectar ese dinero ya no necesitaríamos el presupuesto de la Conade. Lo veíamos como una ayuda, que no tuvieran que preocuparse por darnos presupuesto, pero nos dijo que no lo hiciéramos y se paró”, cuenta Juan Castro en entrevista con Proceso. 

La incomunicación comenzó el 30 de abril cuando Castro mandó una carta diciéndole a Horacio de la Vega que ya no tratarían nada con él, toda vez que la LMB no tenía la capacidad de resolver el tema económico. 

 

Las razones de Castro

El silencio que se extendió durante todo mayo derivó en que finalmente Enrique Mayorga convenció a Juan Gabriel Castro y a Kundy Gutiérrez de que tomaran una llamada telefónica y echó por delante a De La Vega para darles las gracias al manager y al gerente de la selección.

“Mayorga aventó a Horacio, no tuvo –no puedo decir la palabra aquí– suficientes… como encargado de la Femebe (para) darnos esa noticia, porque nosotros estábamos trabajando con él, no con la Liga. Mayorga tuvo que poner a otra gente para que nos diera la noticia. 

“A cada cosa que nos decían de porque ya no íbamos a seguir en la selección les contestábamos, entonces nos colgaron. Nunca nos dijeron claramente por esta razón los vamos a sacar de la selección”, explica Juan Gabriel Castro.

–¿Ustedes reconocen que se rehusaron a entregar la lista corta de peloteros y a entregar información, consideras que ellos sintieron que fue un chantaje, que condicionaron su participación y que al sentirse acorralados decidieron eso? 

–Tal vez, pero no fue la primera vez que les dijimos eso (que si no les pagaban no entregarían información y la lista). Después de que dijeron que sí nos iban a pagar, porque ya la LMB iba a poner el dinero, pusimos a trabajar otra vez a la gente (integrantes del cuerpo técnico) y nos hicieron entregar cierta información: en tres días recopilamos pasaportes, pues había jugadores que no tenían, y Kundy se movió con sus contactos en los consulados para que tuvieran listos los papeles. Después, a los pocos días nos dicen que siempre no pueden pagarnos. 

“Sentimos que nos estaban manejando para sacarnos la información. Por eso dijimos: ‘de ahora en adelante no les vamos a dar nada’ porque, para empezar, no se hicieron los controles antidopaje de la WADA para saber quién sí está bien (limpio de sustancias prohibidas) para poder reducir la lista y, luego, no podemos ni hablar con los gerentes de los equipos de Grandes Ligas para pedirles a los jugadores. Nos exigían (Mayorga y De la Vega) la lista de 50 jugadores y cómo la íbamos a hacer sin esas dos condiciones. Por eso dijimos: ‘Si no nos pagan, no les daremos la lista, pero tampoco la podíamos hacer porque poner nombres sin esa información que faltaba hubiera sido incorrecto”, alega Castro.

Exmanager de la selección y actual coach de cuadro de los Filis de Filadelfia, Castro señala que les cayó de sorpresa enterarse que “la selección” disputaría dos juegos de exhibición en la Ciudad de México. “Les dijimos que esos juegos no tenían nada que ver con la selección porque no tenemos a los jugadores listos ni el cuerpo técnico iba a poder estar. Me enteré que iba a ser una selección de jugadores de la LMB diciendo que era la selección olímpica y les dijimos que no. No sé si no les gustó esa respuesta”, refiere.

Castro dice que nadie les informó que esos juegos se realizarán por petición del presidente López Obrador. “Si es algo que el presidente quiere hacer, se respeta, pero ni iba a estar yo de manager ni los jugadores; entonces no es la selección”.

De hecho, para llevar a cabo esos juegos de exhibición –cuyos rivales serán Venezuela y República Dominicana– los clubes de la LMB tendrán que prestar al menos un pelotero estelar justo cuando se está jugando apenas el primer mes de una temporada recortada a 66 juegos. 


Falta de información

La razón por la cual la LMB no pudo ejercer los 2.5 millones de pesos es porque Enrique Mayorga se rehusó a firmar con la liga un convenio de préstamo para recibir el dinero ante la incertidumbre de que la Conade le reembolsara ese dinero.

“Después de meses de batallar, Horacio nos dijo: ya tengo el dinero, si gustan mañana se los deposito. Nosotros instantáneamente le mandamos la documentación necesaria, pero luego nos dijo que ya no, que no se podía así. La única manera era depositarle a la Femebe y Mayorga no iba a aceptar eso, y con justa razón, pues él no sabía si iba a recibir el presupuesto por parte de la Conade o se iba a quedar con una deuda.”