Ciudad de México.-
Tras haberse sometido a un trasplante de médula ósea en Inglaterra para superar el cáncer que padecía, la actriz Elizabeth Cervantes está de regreso en México para compartir su experiencia por medio de un libro.
En 2014, a la artista que ha intervenido en cintas como El infierno, le fue detectado Linfoma de no Hodgkin, que afecta los glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario, mal que logró superar.
Sin embargo, posteriormente desarrolló cáncer de médula ósea, por lo que hace tres años decidió dejarlo todo y viajar a Londres, donde vive su hijo Antonio, quien la ayudó a sobrellevar el difícil momento y recuperarse del trasplante de médula ósea que le practicaron.
ESTÁ DE REGRESO
La actriz vuelve a México para reintegrarse a su vida profesional con la cinta “Infelices para Siempre” que comenzó a filmar en Sonora bajo la dirección de Noé Santillán, y con el acompañamiento actoral de Adrián Uribe y Consuelo Duval.
En entrevista, Cervantes señaló que ya retomó su vida laboral, porque se encuentra perfectamente de salud y tiene la fortaleza para compartir su experiencia en un libro.
“Estuve tres años en Londres en un tratamiento, pero hoy estoy muy bien y sana”, dijo la ganadora del Ariel como Mejor Actriz por su trabajo en Más que nada en el mundo.
DE SU PUÑO Y LETRA
Destacó que ya comenzó a escribir este difícil episodio de su vida en un libro, en el cual también abordará su carrera actoral y su infancia. Detalló que será muy puntual en lo que se refiere al cáncer que la afectó, toda vez que no es muy común. “Lo más importante de este texto es que expondré cómo perdí la esperanza y la recuperé, eso será el centro de la historia”.
Cervantes comentó que en agosto regresará a Londres con su hijo, pero no dejará de venir a México para cumplir con algunos proyectos, ya que su carrera es algo que aprecia mucho y le ha costado mucho trabajo consolidar.
Compartió que durante su tratamiento contra el cáncer pasaron muchas cosas por su mente, entre ellas la pregunta: “¿Por qué yo? Sé que no soy la única que lo ha tenido, pero ahora sé que hay que aceptarlo y luchar.