Guadalajara, Jalisco
José Antonio Noriega no sólo le puso pasión al futbol, sino que es reconocido como uno de los jugadores más pensantes dentro y fuera del campo.
Sin embargo, el “Tato” tuvo una juventud rebelde, pero no por mal portado, sino que fue parte de la obra Vaselina, junto a Benny Ibarra y Thalía, entre otros.
HUGO CASI LO QUIEBRA
“En un partido en el Azteca, yo como jugador del Monterrey le pego en la cabeza una patada muy fuerte sin querer a Raúl Rodrigo Lara, del América. Raúl se convulsionó, y se lo llevaron en ambulancia. Después, en una jugada dividida, yo llego antes que Hugo (Sánchez), y fue la patada más fuerte que me dieron en toda mi carrera, mi rodilla se dobló en sentido contrario de adelante hacia atrás. Salí del campo y regresé bien enojado y le reclamé a Hugo, y me responde: ‘¿te acuerdas del golpe que le diste a Raúl? Todo se paga”.
AGUAFIESTAS DE LA ‘TOTA’
“Una vez jugando con Monterrey contra Morelia íbamos perdiendo 4-1. La ‘Tota’ (Antonio Carbajal, DT de Morelia) acostumbraba irse al vestidor antes de terminar el partido, y yo entro de cambio cuando él se va, me toca anotar el 4-2 y el 4-3, y dar el pase para el empate de 4-4. La ‘Tota’ no se había enterado de lo que había pasado, entonces cuando entran sus jugadores, él los felicita, les dice: ‘bien jugado’, y de pronto le dicen: ‘Tota, nos empataron’, y les contesta: ‘pendejos, no los puedo dejar solos, sin mí no pueden”.
DE ACTOR EN VASELINA
“Mis amigos de la infancia con los que jugaba futbol en la escuela eran músicos, y ahí estaba, Benny Ibarra, quien era y es nuestro amigo, y a fines de la secundaria, Julissa, la mamá de Benny, invitó a mis amigos a una audición para la obra de Vaselina, yo me colé, ya estando ahí me integraron y ahí canté y bailé. Tiempo después me hablaron para quedarme. Fue una experiencia padre, en donde luego se sumó Thalía a la obra. Ya no seguí porque no tenía talento para eso, además no me apasionaba, salí agobiado y seguí en el futbol”.
NOVATADA EN CUEROS
“En mis inicios me tocó recibir novatadas, y también hacerlas después. En los viajes en autobús a los que eran más novatos los encueraban en el camión y tenías que pasar corriendo por el pasillo entre los asientos, los demás con las chanclas te pegaban, y sí eran bastante manchados. La otra era que el equipo se ponía de acuerdo y le hacían una llamada a un jugador diciéndole que venía equis medio de comunicación para tomarle fotos y que debía bajar bien vestido, y al llegar al lobby todos estábamos esperando para verlo y burlarnos”.
LE JUEGA CHUECO
“En la temporada 1990-91 me tocó el Tuca como compañero de cuarto en una concentración. El Tuca fumaba, y yo odiaba mucho el cigarro, pero me tenía que aguantar. Él me decía que iba muy bien, que Miguel (Mejía Barón) me tenía contemplado, y que el siguiente año tendría más oportunidad. En la siguiente temporada, Miguel se va al Monterrey, Tuca se retira y queda de entrenador, yo era seleccionado juvenil, viajé mucho, y me pone transferible. Lo curioso es que me había dicho que me iba ir muy bien y termino saliendo del club”.