Cronista Municipal de Reynosa
Ese primer asentamiento quedó en medio de una de las curvas o meandros del río Bravo, exponiendo a su población a las crecientes anuales que se presentaron desde 1751. Aunque fueron varios trámites y los sitios seleccionados para el traslado de la antigua villa durante el siglo XVIII, el último y definitivo proceso legal ante el virreinato se llevó acabo entre 1799 y 1803. Entre el 26 de junio y el 4 de julio de 1802 el traslado a la loma de San Antonio, propiedad de los descendientes de la familia de Juan Antonio Ballí, fue forzado por una grave inundación.
El Fiscal de lo Civil del virreinato, al tener noticias en México de este traslado por la inundación, promovió el 25 de agosto de 1802 para que se procediera al arreglo de la nueva población formando sus calles, plaza y otras ordenaciones como lo disponía y prevenía las “Leyes de la Recopilación de Indias,” en su libro cuarto, título séptimo. Dentro de la traza de la nueva población, esta calle quedaría en la parte sur de la Plaza de Armas (actual Plaza Miguel Hidalgo), con una orientación oriente-poniente, separando la manzana que incluía el terreno asignado para la Casa Consistorial o Palacio de Gobierno.
De acuerdo con la maestra Minerva Morales de García, escritora que recopiló la magnífica historia oral de Reynosa conocida como “A la orillita del río”, explicaba que los pobladores nombraban a principio del siglo pasado las calles por los edificios u oficios que existían por esos lugares. Explicó que así eran llamadas las calles del Palacio o la del Comercio, la Morelos y la Hidalgo respectivamente.
Pero en la Serie de Solares y Labores de la Sección de Presidencia del Archivo Municipal de Reynosa (AMR), encontramos que ya existía nomenclaturas para las calles de Reynosa, durante las últimas décadas del siglo XIX. Las calles que van de norte a sur o viceversa contaban con una numeración ordinal. La calle primera estaba hacia el oriente, siendo la calle 1ª la actual calle Ocampo. Las actuales calles Juárez e Hidalgo eran las calles 4ª y 5ª.
Algunas de las calles que corren de este a oeste tenían nombres de próceres de la Independencia de México como Allende, Morelos y Matamoros. Las actuales calle Guerrero y Pedro J. Méndez llevaban los nombres de Nicolás Bravo y Agustín Iturbide. Esta nomenclatura también se observa en el censo de 1890, que se encuentra también en el AMR.
De acuerdo con la Sección de Circulares y Decretos del AMR, en 1900 el gobernador Guadalupe Mainero indicó que se procediera a reafirmar los nombres de las calles y enumerar las casas de Reynosa. Pero esto no trascendió hasta 1923, en tiempos del alcalde Juan Ángel Guerra. La calle al sur de la plaza se confirmó con el nombre en honor al insurgente de la segunda etapa de la Independencia de México, José María Teclo Morelos Pérez y Pavón.
Las construcciones
El crecimiento urbano desde la plaza, eje neurálgico de la villa, fue lentamente esparciéndose hacia abajo de la loma de caliche. Durante las primeras décadas de la nueva villa de Reynosa el paisaje urbano lo conformaban simples jacales de bajareque con techos de paja, incluyendo los de la Casa Consistorial (Palacio Municipal) y la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe. Las construcciones de sillares de caliche y ladrillo de barro cocido aparecerían después de la tercera década del siglo XIX.
Unas de las primeras construcciones de cal y canto por esa calle fueron los cuartos de la prisión y la sala de cabildo, que fueron intermitentemente remodelados en el siglo XIX, habiéndoseles aumentado un segundo piso al final del siglo en uno de los períodos del presidente J. B. Chapa. Ese antiguo edificio de gobierno municipal sería derruido en 1959, para dar paso a un moderno edificio, que se inauguró en 1964. Este a su vez ha sido modificado en varias ocasiones por los ayuntamientos que lo presidieron.
Al lado oriente de la Presidencia existió un solar baldío que fue utilizado como caballeriza, corralera y posteriormente se construyó un redondel de madera donde se celebraba la fiesta taurina. Este todavía fue utilizado durante la inauguración del primer puente internacional en 1926. En ese mismo lugar de la calle Morelos, décadas más tarde, se estableció la elegante terraza al aire libre conocida como Cine Brasil, la cual tenía bancas de madera con un escenario para obras teatrales y noches de aficionados.
Ya en los años de 1960 y 1970, en ese local se estrenaría el subgénero del cine europeo (italiano o español) conocido como “spaghetti western”, en donde el cinéfilo disfrutaba, durante los intermedios de las películas, música y murales sobre flora y fauna de ese país amazónico.
Contiguo por la calle Juárez se encuentra el antiguo solar que fuera en sus inicios propiedad del español Manuel de la Fuente, importante vasallo de la Corona Española en Reynosa y encargado del fielato del tabaco a los inicios de la Independencia de México. En la propiedad actual se encuentra el edificio más antiguo de la sección oriente de la calle Morelos.
Fue construido con sillares y techo de terrado desde el siglo XIX por el francés René Guyard, sufriendo una serie de modificaciones durante el transcurso del tiempo. A finales del siglo XIX, la propiedad fue del notorio caudillo del bajo río Bravo y gobernador de Tamaulipas, Juan Nepomuceno Cortina. La construcción fue utilizada por diferentes negocios de alimentos y bebidas durante el siglo pasado, como lo fueron el Bar Montecarlo y el actual Mission Bar.
La Chapeña
En el terreno en contra esquina de la anterior propiedad, por la acera norte de la calle Morelos, existió las construcciones de la “Casa Chapeña.” Esta ocupaba toda la cuadra hacia el oriente desde la calle Juárez. A finales del siglo XIX, fue habitada por las familias de los hermanos Ignacio y Lic. Juan Bautista Chapa. Este último tenía su casa al fondo de la propiedad, por la calle que lleva su nombre. Durante el porfiriato, fue alcalde en varias ocasiones, siendo muy respetado y apreciado por los vecinos de la villa.
El edificio de la Chapeña por la calle Juárez fue utilizada por diferentes negocios de restaurantes, bares y tiendas de abarrotes durante la primera parte del siglo XX. Don Antonio Nassar rentó la propiedad para su negocio en la década de la Revolución Mexicana. A mitad de cuadra existió una arena donde se hacían peleas de box. Los edificios de la Casa Chapeña empezaron a ser derrumbados casi al mismo tiempo que el antiguo templo de Nuestra Señora de Guadalupe en los años de la década de 1950, para dar paso a la modernidad donde se construiría el Cinema Rex y recientemente la tienda Coppel.
En la acera opuesta, por la calle Morelos, todavía sobreviven importantes piezas arquitectónicas de la última parte del siglo XIX y primera parte del XX, siendo la de la esquina con Juárez la más antigua. En la esquina oriental se encuentra la casa comercial de don Antonio Nassar, conocida como el Puerto de Matamoros.
Contigua hacia arriba se encuentra la construcción de dos plantas con cuerpos rectangulares y una forma de torreón, que fue modelo arquitectónico en su época a principios de los años 1940. Una de las construcciones a mitad de cuadra fue utilizada como cuartel militar durante el siglo pasado y otra fue utilizada como la Oficina de la Sub Colecturía de Rentas del Estado. Loma abajo por la parte nororiental de la esquina con J. B. Chapa, sobrevive la última construcción de la primera parte del siglo pasado, marcando el final de toda una época.
Cabe mencionar que los planos de la ciudad muestran el desarrollo gradual de la calle Morelos, primero hacia la calle Ocampo y posteriormente hacia la calle Mina. Uno de los principales cambios urbanos arquitectónicos lo marca la acera sur donde se encuentra la Hielera del Norte. Esta propiedad fue un ícono del progreso reynosense a mediados del siglo pasado.
Por la parte baja oriental de la calle Morelos predomina la arquitectura, en su mayoría posterior al desarrollo urbanístico de 1962, relacionado con la Comisión Mixta del Desarrollo Urbano Fronterizo, que trajo la pavimentación de la calle Ocampo.
La Plaza de la República fue inaugurada en el año 2001, en tiempos del presidente municipal Ernesto Homar Cantú Reséndez. Se construyó al remover la aduana y sus patios. Curiosamente la aduana anterior estuvo ubicada por la misma calle Morelos, a media cuadra al poniente de la Plaza Miguel Hidalgo.
La calle Morelos es parte de un corredor de edificios (en su mayoría privados) que manifiestan la evolución de la arquitectura de nuestra ciudad desde la última pare del siglo XIX hasta la actualidad.