El resultado parecía poner a la mayor economía de Europa en camino a una larga disputa para formar un nuevo gobierno, mientras Merkel se mantiene en el puesto de manera interina hasta que un sucesor sea juramentado. Una coalición de tres partidos para gobernar, con dos fuerzas de oposición que han sido tradicionalmente rivales ideológicos —los ambientalistas Verdes y el Partido Democrático Libre, pro empresarial_, podrían ser la ruta más probable al poder para los dos candidatos principales. Sólo uno de los tres aspirantes a suceder a Merkel, la cual optó por no postularse a un quinto período, parecía contento después de la votación del domingo: el socialdemócrata Olaf Scholz, vicecanciller saliente y ministro de Finanzas que sacó a su partido de un estancamiento de tres años.
Scholz señaló que los resultados pronosticados eran “un mandato muy claro para garantizar ahora que conformemos un gobierno bueno y pragmático para Alemania”.
Los Verdes aspiraron por primera vez a la cancillería con su colíder Annalena Baerbock, que se quedó bastante distante de superar a los dos grandes partidos tradicionales de Alemania luego de una campaña plagada de errores.