DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos — El retiro de las defensas de la Base Aérea Príncipe Sultán en las afueras de Riad se produce mientras los aliados estadounidenses en el Golfo Pérsico observaron con nerviosismo la caótica salida de las tropas estadounidenses de Afganistán, incluyendo sus evacuaciones de último minuto del sitiado aeropuerto de Kabul.
Aunque decenas de miles de soldados estadounidenses siguen desplegados en la Península Arábiga como contrapeso a Irán, las naciones del Golfo están preocupadas por los planes futuros de Estados Unidos. Las fuerzas armadas de esas naciones perciben una creciente amenaza en Asia que requiere esas defensas antimisiles en esa región.
Las tensiones seguían altas con las negociaciones sobre el colapsado acuerdo nuclear con Irán al parecer varadas en Viena, lo que aumenta el peligro de confrontaciones futuras en la región.
“Las percepciones son importantes, estén basadas o no en una realidad fría. Y es clara la percepción de que Estados Unidos no está tan comprometido con el Golfo como solía estarlo, en opinión de muchas personas de autoridad en la región”, dijo Kristian Ulrichsen, académico en el James A. Baker III Institute for Public Policy en la Universidad Rice.
“Desde el punto de vista saudí, ellos han visto ahora a Obama, Trump y Biden tomando decisiones que significan hasta cierto punto un abandono”, agregó.
La Base Aérea Príncipe Sultán, unos 115 kilómetros (70 millas) al sureste de Riad, ha albergado a miles de soldados estadounidenses desde un ataque con misiles y drones en el 2019 contra el eje de la producción petrolera del reino. Ese ataque —aunque fue reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen— fue considerado obra de Irán, de acuerdo con expertos y evidencia física. Teherán ha negado haber lanzado el ataque, aunque las fuerzas paramilitares iraníes utilizaron drones similares durante unos ejercicios en enero.