HARRISBURG, Pensilvania, EE.UU. — La tormenta se desplazó hacia el este por la noche, y el Servicio Nacional de Meteorología confirmó al menos un tornado. Había publicaciones en las redes sociales que mostraban viviendas convertidas en escombros y techos arrancados de edificios en un condado del sur de Nueva Jersey, a las afueras de Filadelfia.
Pensilvania se vio cubierta por las lluvias luego de que los altos niveles del agua obligaran a algunas personas a salir de sus hogares en Maryland y Virginia. La tormenta causó la muerte de un adolescente, dos personas estaban desaparecidas y se creía que un tornado tocó tierra a lo largo de la Bahía de Chesapeake en Maryland.
Ida provocó el cierre de innumerables escuelas y negocios en Pensilvania. Aproximadamente 150 autopistas mantenidas por el Departamento de Transporte de Pensilvania fueron cerradas, y muchos caminos secundarios quedaron intransitables. Unos 18.000 clientes carecían de electricidad, incluidos unos 12.000 en el centro de Pensilvania.
Algunas zonas cercanas a Johnstown, cuya historia incluye varias inundaciones mortales, registraron 12,7 centímetros (5 pulgadas) o más de lluvia para media tarde, una inundación que provocó que se emitiera una orden de evacuación para aquellos que viven río abajo de la presa Wilmore.
Art Martynuska, director de manejo de emergencias del condado Cambria y del centro de llamadas al número de emergencias 911, dijo que el nivel del agua en la presa Wilmore había alcanzado una altura tal que requería efectuar una evacuación.
El Servicio Nacional de Meteorología había pronosticado inundaciones provocadas por los remanentes de Ida, señalando que el terreno escarpado e incluso las calles de la ciudad eran especialmente vulnerables a una franja de mal tiempo que se extendía desde los Apalaches hasta Massachusetts.
Por su parte, la tormenta tropical Larry se fortalecía y movía rápidamente hacia el oeste después que se formó frente a la costa de África el miércoles por la mañana. Los meteorólogos pronosticaron que se intensificaría rápidamente de manera similar a Ida, convirtiéndose en un huracán de gran tamaño con vientos de 193 kilómetros por hora (120 millas por hora) para el sábado. Por otro lado, Kate seguía siendo una depresión tropical y se tenía previsto que se debilite sin amenazar tierra firme.