NAIROBI — Samantha Power, administradora de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), dijo en una declaración el jueves por la noche que menos de 7% de la ayuda necesaria ha estado llegando a la región de unos 6 millones de habitantes y la agencia y otros grupos de ayuda “han agotado sus reservas de alimentos en Tigray” luego de nueve meses de guerra.
“Esta escasez no se debe a que no hay alimentos disponibles, sino a que el gobierno etíope está obstruyendo la ayuda y el personal humanitario, incluyendo caravanas terrestres y el acceso aéreo”, dijo Powers. USAID ha advertido que hasta 900.000 personas en Tigray padecen hambre, en la que ha sido calificada como la peor crisis de hambre en una década. The Associated Press ha reportado que numerosas personas han muerto de hambre.
El gobierno de Etiopía, a la defensiva luego que las resurgentes fuerzas de Tigray recuperaron gran parte de la región en junio, ha acusado a los trabajadores humanitarios de armar y respaldar a los combatientes tigrinos, y trabajadores de ayuda han descrito intensos allanamientos y confiscaciones de equipo cuando tratan de entrar a la región en en las escasas caravanas o en vuelos. El gobierno suspendió además las operaciones de la sección holandesa de Médicos Sin Fronteras y del Consejo Noruego de Refugiados, acusándolos de diseminar “desinformación”.
Una vocera del primer ministro etíope Abiy Ahmed, Billene Seyoum, rechazó las acusaciones de Powell: “No es así” dijo. La seguridad es la mayor prioridad y habrá “chequeos continuos y procesos” para la entrada de ayuda a Tigray y cualquier problema es discutidocpn los socios afectados, les dijo a reporteros el viernes.
Los comentarios de Power se produjeron luego que el secretario general de la ONU Antonio Guterres les dijo a reporteros que las condiciones humanitarias en Etiopia son ahora “infernales”.