QUITO — Fausto Cobo, director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad, dijo el lunes a una televisora local que “estamos viviendo una crisis estructural en el sistema carcelario de Ecuador pero es un efecto de una crisis mayor del país con relación a la seguridad integral de los ecuatorianos”. Agregó que “esto viene acumulándose de años atrás”.
En declaraciones a la red de televisión Teleamazonas, Cobo manifestó que para lograr la repatriación de unos 3.532 extranjeros ha empezado un acercamiento con la Cancillería para que haga gestiones con sus pares de otros países.
Esa entidad precisó que un total de 1.935 detenidos provienen de Colombia; 1.225 de Venezuela; 135 de Perú, 59 de México y el resto de otros países.
En lo que va del año, cerca de 110 presos han sido brutalmente asesinados luego de peleas entre bandas rivales al interior del sistema penitenciario ecuatoriano, que registra cerca de 40.000 internos en medio de un hacinamiento del 30%.
La última matanza se registró la semana pasada, cuando las riñas dejaron 27 fallecidos en la principal cárcel de Guayaquil, la penitenciaría del litoral, y la mayoría en la cárcel de Latacunga, en la sierra norte de este país, donde el fin de semana unos 1.200 policías ingresaron para cumplir una requisa en que se incautaron armas, celulares y equipos de internet, estos últimos ubicados en las celdas de los cabecillas de las bandas.
Cobo dijo que las gestiones y los resultados para lograr una reducción del número de presidiarios se podrán ver en una semana, con el apoyo del sistema judicial. “Para que Ecuador tenga una cifra, aproximadamente de los 40.000 detenidos, apenas el 7% son los violentos, los cabecillas, los que imponen las condiciones al interior de los centros carcelarios”, añadió.
Los motines y mortales enfrentamientos en cárceles de Ecuador son relativamente frecuentes. El más grave de ellos en este año se registró a finales de febrero, cuando se produjeron motines con sanguinarias acciones de violencia en cuatro grandes cárceles ecuatorianas, con un saldo alrededor de 80 internos muertos.