Doble asesinato enlutó la CDMX

Dos adolescentes de origen mazahua fueron torturados, ejecutados y desmembrados

Ciudad de México.

A cinco cuadras de su casa y a seis de las oficinas de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y del presidente Andrés Manuel López Obrador, dos adolescentes de origen mazahua fueron torturados, ejecutados y desmembrados. Sus restos aparecieron embolsados junto a un montón de basura en plena calle, en el Centro Histórico. Ese doble homicidio es una muestra del poderío e impunidad de la delincuencia en la Ciudad de México.

En el departamento 6 de la vecindad ubicada en la calle República de Cuba número 86, colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc, agentes policiacos hallaron manchas de sangre de Alan Yair Silvestre Becerril, de 12 años, y de Héctor Efraín Tolentino de Jesús, de 14, luego de un cateo hecho el jueves 5, nueve días desde que la familia de los jóvenes los vio por última vez con vida.

Hoy, el inmueble está vacío. Sus puertas de madera vieja y corroída se mantienen abiertas. En la fachada cuelga una bandera de México y una manta descolorida con propaganda política de Alejandra Barrales de 2018; al fondo, una figura grande de la Virgen de Guadalupe destaca por el rayo de sol que la ilumina.

En la banqueta de enfrente, a unos pasos del Cinema Río, un joven delgado vestido con pantalón de mezclilla y playera blanca “halconea” con discreción recargado en un poste. Mantiene la vista fija en los transeúntes que, fugazmente, se detienen en ese sitio donde presuntamente fueron asesinados los adolescentes mazahuas. A tres metros de él, un policía auxiliar solitario y firme vigila en la entrada de un estacionamiento.

Poco movimiento se ve dentro del inmueble otrora identificado como invadido desde hace años por la peligrosa organización delictiva La Unión Tepito, desde donde se dirigía el “cobro de piso” a comerciantes de la zona y se reprendía a los que se negaban a pagar; ahí se retenía a las víctimas de secuestro exprés y se almacenaban artículos robados.

PRESUNTOS IMPLICADOS

A esa misma vecindad se dirigió Baltazar “N”, de 25 años, el pasado 31 de octubre a las 23:34 horas. Una cámara de videovigilancia lo captó de espaldas cuando caminaba sobre la banqueta empujando un “diablito” de carga vacío.

Veintitrés minutos después ese mismo dispositivo lo grabó de frente cuando caminaba hacia la esquina de la calle República de Chile. Llevaba el mismo instrumento, pero cargado con dos cajas grandes de plástico que, por su peso, le dificultaban su manejo.

En la misma toma, pero a las 23:59 horas, el mismo sujeto pasó corriendo hacia la vecindad. La versión de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) aseguró que a Baltazar se le cayeron las cajas en República de Chile –“la calle de las novias”–, en la esquina con Belisario Domínguez, junto a un montón de basura.

Según el relato oficial, en ese punto Édgar “N”, de 39 años, se acercó e intentó recogerlas. Policías que laboraban cerca se acercaron para ayudarlo, pero se sorprendieron al ver el contenido de las cajas: bolsas negras, sangre… restos humanos. De inmediato lo detuvieron. Eran ya los primeros minutos del domingo 1 de noviembre, día de los fieles difuntos.

En sus primeras declaraciones, Édgar dijo que pertenecía a la Unión Tepito, cuyos integrantes le ordenaron llevarse las cajas. Luego, suavizó su versión al decir que era un indigente y drogadicto; contó que unos sujetos de la colonia Morelos le ofrecieron dos “grapas” de cocaína a cambio de llevarse esas cajas. Según la FGJCDMX, el detenido pretendía llevarse los cadáveres a otro lugar, pero fue descubierto.

VINCULAN 

A PROCESO

La base de datos de antecedentes penales identificó a Édgar con ingresos al reclusorio en 2011, 2014 y 2019 por los delitos de robo agravado y robo calificado. El sábado 7, la fiscalía local informó que el detenido fue vinculado a proceso por homicidio doloso. La dependencia ordenó prisión preventiva oficiosa, al menos durante los próximos tres meses que fijó para el cierre de la investigación complementaria.

Con respecto a Baltazar, fue capturado el jueves 5 durante el cateo a la vecindad de Cuba 86. Al momento de la detención, sólo le encontraron droga, por eso sólo fue vinculado a proceso por delitos contra la salud, en su modalidad de narcomenudeo, y como plazo para el cierre de la investigación, el juez le fijó 15 días. No obstante, el jueves 19 por la noche la fiscalía informó a Proceso que la carpeta de investigación por homicidio seguía “en proceso de integración”.

Días antes, el vocero Ulises Lara presumió que tenían “datos suficientes” para relacionarlo con el crimen, entre ellos los videos mencionados y la chamarra negra que presuntamente usó la noche en que se deshizo de los cadáveres. Y aunque la autoridad sospecha que en el crimen participaron más personas, casi cuatro semanas después de los hechos sólo tiene dos detenidos y aún no aclara el móvil del crimen.