La disputa entre cuatro grandes grupos delictivos y sus múltiples células por dominar el narcomenudeo en las playas de Quintana Roo atomizó la violencia en ese destino turístico, alertaron autoridades federales y locales.
De acuerdo con reportes oficiales, en el estado operan Los Zetas y los Cárteles del Golfo, Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Estas organizaciones tienen múltiples ramas delictivas, lo que ha desatado balaceras a plena luz del día y en las que han resultado muertos hasta turistas.
Algunas de esas células son el llamado Cártel de Cancún, integrado por ex miembros de las organizaciones citadas o Los Talibanes, un grupo que se desprendió de Los Zetas.
También advirtieron que operan el Cártel de los Pelones (que trabaja para el Cártel de Sinaloa), el Cártel de los Bonfil (dirigido supuestamente por ex policías y ministeriales), La Barredora (integrado por ex gatilleros del CJNG) y Zetas Vieja Escuela, otra escisión de Los Zetas.
A su vez, refieren las fuentes, esas mismas células se dividen en otros subgrupos para distribuir cocaína, mariguana y metanfetaminas a los turistas.
También operan la prostitución, extorsión a empresarios y comerciantes, prestadores de servicios y taxistas, afirmaron los uniformados.
En los últimos meses hoteles, restaurantes, pizzerías, taquerías e incluso un centro comercial han sufrido ataques violentos presuntamente asociados con extorsiones y cobro de derecho de piso, lo que los ha llevado a cerrar sus puertas.
“Estos grupos hacen alianzas que duran muy poco, sólo lo suficiente para debilitar a un grupo antagónico mayor y después se vuelven a pelear entre ellos”, indicaron fuentes ministeriales.
“Son muchos grupos que quieren imponer su ley sobre otros y quienes les venden las drogas prefieren a los que venden más, por eso la guerra”.
De acuerdo con registros de autoridades federales y ministeriales, la pugna por el narcomenudeo se recrudeció desde 2017 con una serie de la balaceras entre grupos de criminales y agentes de la Fiscalía de Quintana Roo.
“Desde 2017 se descompuso Quintana Roo, fue cuando detuvieron a muchos líderes y entonces las organizaciones se fragmentaron por las luchas internas por el liderazgo en cada una”, indicó un ex mando de la Policía Estatal.
En sus conteos, los agentes suman desde ese año unas 70 balaceras, muchas de ellas en las zonas de en playa o bares y ante turistas, con un saldo de al menos 60 personas muertas entre presuntos delincuentes y turistas.
Datos oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) establecen que durante 2015 se registraron 228 denuncias de homicidio doloso, cifra que bajó al año siguiente para llegar a 165. Sin embargo, en 2017 los asesinatos subieron a 359 y en 2018 llegaron a un pico de 763, para bajar a 685 en 2019 y 581 durante 2020, mientras que en el periodo enero-septiembre de este año se contabilizan 442 denuncias por este delito del fuero común.
Las ejecuciones también se han extendido a las Supermanzanas de Cancún, donde han sido encontrados cadáveres embolsados o descuartizados.