Todavía hasta ayer domingo se formaron largas filas en los accesos a los puentes internacionales que comunican a esta ciudad con el lado americano.
Para cruzar a territorio estadounidense, concretamente por el Reynosa-Hidalgo, los automovilistas hicieron una kilométrica hilera que llegó casi hasta el cruce vehicular elevado del libramiento Oriente.
Algunos conductores comentaron que tuvieron qué hacer alrededor de dos horas para lograr su cometido que era cruzar a territorio estadounidense.
Las largas esperas no causaron desánimo entre quienes desde hora muy temprana llegaron para formarse en una larga fila que parecía no tener fin.
Algunos otros dijeron que de hecho casi daba lo mismo comprar en mexicano que en lado americano, porque gastaban gasolina durante la espera, así como el pago en la caseta.
Peatones desde niños hasta personas de la tercera edad también sufrieron para cruzar porque la fila llegaba de lado a lado, desde más allá de la caseta de cobro de Capufe Reynosa hasta la garita de revisión de documentos de Hidalgo.