Nueva Orleans, E.U.
Juerguistas ataviados con los tradicionales colores púrpura, verde y dorado salieron a la fiesta el Martes Gordo en el primer Mardi Gras de gala de Nueva Orleans desde 2020. La diversión incluye desfiles consecutivos por la ciudad y marchas por el Barrio Francés con cubrebocas contra el COVID-19 requeridas solo en espacios públicos cerrados.
Rutas cortas
Las rutas de los desfiles fueron más cortas que lo habitual porque no había suficientes policías para los trayectos regulares, incluso a pesar de que los oficiales trabajaron turnos de 12 horas como siempre lo hacen en el Mardi Gras y en los días de la temporada de Carnaval.
Pero con las hospitalizaciones por COVID-19 y los contagios bajando a nivel mundial y 92% de los adultos de la ciudad al menos parcialmente vacunados, los desfiles y otras festividades están de vuelta tras un año sin ellos.
Los fiesteros disfrazados se reunieron antes del amanecer para ver a los integrantes de la comparsa North Side Skull & Bone vestidos como esqueletos despertar al barrio Treme de la ciudad y recordarles de su mortalidad. Después de ahí, todo fue un “que pasen los buenos tiempos”, con celebraciones en casi todos los rincones de la ciudad que culminarían con una limpieza ceremonial de la calle Bourbon a la medianoche.
Vistosos y coloridos disfraces.
Todos de vuelta
El regreso de la temporada de carnaval ha sido una bendición muy necesaria para los negocios en Nueva Orleans, donde los famosos restaurantes y establecimientos de música estuvieron restringidos o cerrados durante meses.
La multitud de ayer martes podría establecer un récord de Mardi Gras para Superior Seafood & Oyster Bar, un restaurante de 10 años ubicado al comienzo de la ruta acortada del desfile.
Una tradición
Después de la comparsa zulu vienen los elaborados y fantásticos carros alegóricos de Rex, el rey del carnaval, elegido por un grupo de la alta sociedad. En otras partes de la ciudad, tribus indias del Mardi Gras salen a desfilar tras pasar meses confeccionando sus elaborados disfraces con cuentas y lentejuelas. Y el Barrio Francés se llena de grupos de marcha más pequeños con disfraces igualmente elaborados.