Guadalajara, Jalisco.- Ni siquiera la vorágine y esperanza de los últimos minutos salvaron a las Chivas de la reprimenda colectiva. En cuanto sonó el silbatazo final, un sonoro abucheo se escuchó en el estadio Akron.
SUFRENo era para menos. El Guadalajara sufrió mucho para empatarle al Querétaro (1-1), club que acumula 49 partidos sin ganar como visitante.
El estratega serbio Veljko Paunovic no ha conseguido darle una alegría a su afición en casa. Lo de este domingo casi acaba en tragedia, debido al colosal error del guardameta Miguel Jiménez, quien mostró exceso de confianza en el cobro de Pablo Barrera.
Lo salvó Alejandro Mayorga, con su milagroso cabezazo en tiempo de compensación.
- El Guadalajara venía de conseguir los tres puntos en Ciudad Juárez, motivo suficiente para que la afición rojiblanca se ilusionara. En el papel, el Rebaño Sagrado lucía como amplio favorito para ganar el encuentro.
Los rojiblancos fueron superiores en gran parte, pero dejaron ver las deficiencias que tienen a la hora de definir.
Y Barrera abrió el marcador (80’), con una inolvidable pifia de Jiménez, quien de inmediato comenzó a ser abucheado por la furibunda afición. El gol cayó como agua fría para las Chivas.
Sin embargo, el Guadalajara encontraría el gol del empate en tiempo de compensación. Al 91’, Mayorga apareció en un saque de esquina cobrado por Víctor Guzmán y, con un remate certero, puso el tanto de la igualada.
El resultado dejó un sabor agridulce en gran parte de la afición rojiblanca, pues al término del partido, los jugadores se fueron abucheados fuertemente.
Era una tarde para disfrutar, no de sufrimiento.