Acapulco, Guerrero
Evelia Cortez recuerda cómo hace cuatro meses ella y siete personas de su familia se resguardaron durante dos horas en un pequeño baño de la casa de su madrina para protegerse del paso del huracán Otis.
Las lágrimas se le desbordan al recordar cómo tuvieron que salir de casa, ayudar a su hermana pequeña de siete años para salvarla, el árbol de guanábana que cayó en el piso y les impidió el paso, el poste a media calle y el fuerte viento que les aventaba mientras intentaban resguardarse.
"Empezamos a sentir mucho aire y se desprendieron las láminas, pensamos que era una tormenta tropical. Se desprendió el techo completamente, la instalación de luz, la puerta de la casa se empezó a azotar y nos fuimos a casa de mi madrina", cuenta entre lágrimas la jefa de barra de snacks del Abierto Mexicano de Tenis.
"Estuvimos dos horas adentro de un baño ocho personas, era muy pequeño el baño y estábamos todas mojadas, nos íbamos turnando para sentarnos en la tasa del baño porque estábamos muy cansados y el agua se salía por la taza del baño y el lavabo. Después de que terminó el huracán salimos como a las 2 de la mañana. Todo estaba muy blanco, a los árboles les habían arrancado las hojas, las palmeras estaban chuecas y tardamos tres días con la misma ropa. No dormimos esa noche".
Evelia estudió gastronomía y trabaja en la barra, donde sonríe después del huracán.