Ciudad de México
Pablo Hermoso de Mendoza se fue igual que como llegó hace 23 años; por la Puerta Grande de la Plaza Monumental de Aguascalientes.
"Estoy feliz y muy emocionado de saber que se queda un gran recuerdo de mi tauromaquia y el que yo me llevo de este público que siempre me ha tratado con cariño y respeto. Estoy agradecido con Aguascalientes", señaló el torero español.
Pablo cortó dos orejas en la Corrida de Calaveras del sábado pasado en una tarde triunfal en la que Leo Valadez y Diego San Román consiguieron dos y un apéndices, respectivamente, pese a la falta de casta del encierro de Villa Carmela que, sin embargo, tuvo nobleza.
"Recuerdo mi debut aquí en el año 2000 en una tarde donde corté cuatro orejas con petición de rabo, y de ahí hasta acá conseguí triunfos muy importantes que han sido significativos, pues Aguascalientes es uno de los escenarios más importantes en el mundo", reconoció el caballista.
Hermoso de Mendoza sumó 19 corridas en la Plaza Monumental, donde cortó el mismo número de orejas y tras haber lidiado 39 toros.
"Me hubiera gustado torear más aquí, pero la feria que siempre se lleva a cabo en abril y principios de mayo, coincide con la de Sevilla, por lo que hubo ocasiones en que no pude venir", apuntó el originario de Estella, en la provincia de Navarra.
El grito de "¡torero, torero"! que el público que llenó la plaza mientras Pablo arrodillado en los medios, muy emocionado, agradecía al público que, ahora, espera a Guillermo Hermoso, su hijo, quien está construyendo su propia historia.