Ni la intensa lluvia apagó el fuego olímpico, mismo que iluminó las calles de París, porque el pebetero de los Juegos Olímpicos es un globo aerostático que se elevó por los aires.
Dicho fuego recorrió toda la ciudad y por todos los medios de transporte, pero sin duda lo que marcó es que llegó a manos de históricos franceses.
Tras salir de la zona de Trocadero, recorrer el río Sena, pasar por el Arco del Triunfo, el fuego llegó a ese enorme globo.
La exvelocista Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner fueron los encargados de encender el fuego que arderá en la capital francesa durante los próximos 17 días.
Si de por sí la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos fue espectacular con las embarcaciones sobre el río Sena, la combinación con el espectáculo que mostró la nutrida historia de Francia y la inmejorable escenografía que ofrece una de las ciudades más bellas del mundo, el encendido del fuego olímpico resultó inolvidable.
Después de recorrer el Sena bajo la custodia de las leyendas Rafael Nadal (tenis), Nadia Comaneci (gimnasia), Serena Williams (tenis) y Carl Lewis (atletismo), el fuego olímpico llegó a manos de importantes figuras del deporte galo, como la extenista Amelie Mauresmo y el exjugador de basquetbol Tony Parker.
Después de pasar por varias manos, la llama llegó hasta Perec (triple medallista de oro olímpica en 200 y 400 metros planos) y Riner (ganador de cinco preseas olímpicas), quien buscará aumentar su hoja curricular en París 2024.
Fue entonces que ambos se dirigieron al enorme globo aerostático que fungirá como pebetero de estos Juegos Olímpicos, en un encendido nunca antes visto, porque la llama que habita en los corazones de los 10 mil 500 atletas que participarán en esta justa ilumina a toda la ciudad.