Fuertes, valientes y apasionadas, son algunas de las cualidades presentes en las mujeres mexicanas, quienes -ante la adversidad y los prejuicios- salen adelante día con día en el país.
Figuras que son fuentes de inspiración, las cuales han trascendido en todos los ámbitos de la vida, dejando huella y mostrando que -con trabajo y dedicación- no hay sueño imposible.
Un ejemplo de ese poderío se ve reflejado en el deporte mexicano, que -durante las siete ediciones de los Juegos Olímpicos celebrados en el presente siglo- ha visto a las mujeres poner en alto el nombre del país en un mayor número de ocasiones que los atletas varones.
Los números son contundentes. Desde Sidney 2000 y hasta lo que va de París 2024, México ha ganado 33 medallas, de las cuales 19 fueron logradas por mujeres, 13 corrieron a cargo de hombres y una se presentó con equipo mixto (el bronce en tiro con arco de Tokio 2020 obtenido por Alejandra Valencia y Luis Álvarez).
Un número que muestra el crecimiento del deporte femenil mexicano, que superó (con 63 representantes) a los 46 varones en la conformación de la delegación mexicana en Francia.
Con nombres como los de María del Rosario Espinoza (quien ostenta tres medallas olímpicas), Ana Gabriela Guevara, Soraya Jiménez, Belem Guerrero, Alejandra Valencia y Alejandra Orozco, las mujeres se han convertido en la fuente principal del éxito olímpico para México.
Un legado que continúa y podría aumentar, luego del bronce del equipo femenino de tiro con arco (integrado por Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz), además de la plata de la judoca Prisca Awiti.
Porque a la presente delegación mexicana todavía le quedan cartas fuertes femeniles.