Max Verstappen se convirtió en el guerrero dragón del Gran Premio de China.
Sergio Pérez terminó tercero, al apostar por la paciencia para quitarse de encima al Ferrari de Charles Leclerc, pero no le alcanzó para llegar al segundo lugar que defendió Lando Norris, de McLaren.
Por primera vez, el neerlandés subió a lo más alto del podio en Shanghái a bordo del Red Bull y acumula 4 triunfos en la temporada y 58 de por vida en la Fórmula Uno.
SuperMax se va con 33 puntos y ahora tiene 110 tantos que revalidan su liderato en el Campeonato de Pilotos.
El neerlandés sacó ventaja de los dos Safety Car. En el primero, ocasionado por la detención del Sauber de Valtteri Bottas, se obligó a una segunda arrancada.
Verstappen juntó a los bólidos detrás y Lance Stroll, de Aston Martin, chocó al Racing Bulls de Daniel Ricciardo y de paso a Yuki Tsunoda, lo que provocó otro auto de seguridad.
Checo se durmió en la arrancada, al intentar cuidar su línea de trayectoria y le dio la oportunidad a Fernando Alonso, de Aston Martin, de arrebatarle el segundo puesto.
Sin embargo, una vez que el mexicano se estabilizó con el RB20 se acercó al monoplaza esmeralda, lo superó y le devolvió el favor en la vuelta 5.
La alta degradación de los neumáticos jugó un papel importante. El equipo de las bebidas energéticas hizo una doble parada en el giro 14 para montar las gomas duras.
La segunda detención fue similar, no obstante, en ambas el azteca salió perdiendo al reincorporarse a la pista.