Steven Gerrard había terminado apenas de decirles a los periodistas que seguiría luchando para sacar al Aston Villa adelante, cuando surgió el anuncio.
“El Aston Villa Football Club puede confirmar que Steven Gerrard deja el equipo con efecto inmediato”, informó la escuadra el jueves, mediante un comunicado. “Nos gustaría agradecer a Steven por su trabajo duro y por su compromiso, y le deseamos lo mejor para el futuro”.
Resultó particularmente cruel que se permitiera a Gerrard aparecer frente a las cámaras para defender su puesto si, como parece, su destino se había sellado ya minutos antes, con la goleada de 3-0 ante Fulham.
Los seguidores del Villa habían exigido la destitución luego de un resultado que dejó al conjunto apenas encima de la zona de descenso.
“Es duro”, dijo Gerrard a Amazon Prime. “Soy un hombre, acepto esto, siento sus frustraciones y yo también estoy frustrado. En lo personal, ha sido una noche dura. Veremos qué pasa. Soy un luchador. Nunca renunciaré a algo, en el fútbol o en la vida”.
Los aficionados del Fulham se habían mofado de Gerrard, con un cántico: “Te echan en la mañana”.
La paciencia del Villa se agotó incluso antes. Concluyó así la gestión de Gerrard luego de menos de un año en el cargo, en medio de especulaciones crecientes de que el argentino Mauricio Pochettino es pretendido como el sucesor.
El desplome fue rápido para Gerrard, quien condujo a Rangers al título de Escocia durante su primera aventura como entrenador. Algunos consideraban que su futuro estaba algún día en su amado Liverpool.
Parece ahora más largo el camino hacia ese objetivo, tras la incapacidad de frenar la caída del Villa, la cual comenzó en marzo y ha incluido apenas cuatro triunfos en los últimos 22 cotejos dentro de la Liga Premier.
Su equipo pareció carente de confianza ante el Fulham, y la derrota lo dejó igualado en puntos con Wolverhampton, en el 18vo sitio.
Harrison Reed y Aleksandar Mitrovic dieron a su equipo el control del partido en una noche en que Douglas Luiz fue expulsado y Tyrone Mings hizo un autogol.
Mientras que la gestión de Gerrard concluyó con más pena que gloria, Brendan Rodgers, su extécnico en el Liverpool, está dando algo de esperanza a los hinchas de Leicester, quienes temían lo peor hace apenas unas semanas.
Una victoria por 2-0 ante Leeds sacó al equipo de Rodgers del fondo de la tabla y lo colocó a un punto del Villa.
Por primera vez en esta campaña, Leicester mira hacia arriba con esperanza. Ha conseguido siete de sus ocho puntos en sus últimos cuatro duelos, lo cual sugiere que Rodgers está enderezando la nave que parecía hundirse.
Y la parte baja de la Premier está muy congestionada. Apenas tres puntos separan al West Ham, que es 13ro, del Leicester, que se ubica 19no. En estas condiciones, Rodgers debería albergar más esperanzas.
Un autogol de Robin Koch y un tiro de Harvey Barnes condenaron a la derrota a un Leeds sin inspiración, ubicado encima de la zona de descenso sólo por diferencia de goles.
WOLVES ESPERAN
Si el Villa mostró prisa por efectuar un cambio, Wolverhampton, otro equipo que lucha contra el descenso, prefirió mostrarse paciente.
El interino Steve Davis se quedará como técnico hasta el año nuevo, confirmó el club el jueves, luego que Michael Beale, del Queens Park Rangers, rechazó la oportunidad de mudarse.
“No tenemos planes de apresurar nuestra búsqueda de un nuevo entrenador permanente ni comprometeremos de modo alguno nuestra estrategia para nombrar a la persona que consideremos idónea para nuestro club, nuestro plantel y el papel de técnico de los Wolves”, dijo el presidente Jeff Shi.