Amsterdam, Paises Bajos.-La misión que emprendió Sergio Pérez a principio de temporada para derrotar a Max Verstappen fue imposible.
Después de 12 carreras, el mexicano sólo le pudo quitar 2 victorias (Arabia Saudita y Azerbaiyán) a su compañero en Red Bull y, poco a poco, le perdió el paso.
Hasta el Gran Premio de Miami, Checo estaba a 14 puntos del neerlandés, sin embargo, con sus constantes tropiezos en las sesiones de calificación de Mónaco, España, Canadá, Austria y Gran Bretaña, la distancia aumentó.
Pese a que en Hungría y Bélgica el tricolor rescató dos podios, un tercer y segundo sitio respectivamente, tendría que suceder un milagro o que Verstappen abandone en cinco carreras para recortar esos 125 puntos de diferencia.
"Es muy difícil tener a Verstappen como compañero de equipo. No debemos quitarle nada al talento que tiene porque trabaja muy duro, siempre da resultados y está concentrado en lo que hace. Max es un gran piloto y es bueno tenerlo como compañero de equipo".
"No es fácil tratar con alguien que siempre saca el cien por ciento del auto. Ese es un rasgo único y es por eso que aprendí mucho sobre mí. Creo que es el compañero de equipo más difícil de tener en la F1", comentó Pérez previo al GP de los Países Bajos.
Lo que se vive al interior del equipo de las bebidas energéticas se ha repetido con otros conductores como Pierre Gasly y Alex Albon, la gran diferencia es que el tapatío ha durado más de lo esperado y sus números son aceptables.