A la llegada de Jonathan Rodríguez a la Ciudad de México sólo acudieron siete fans y unos 30 integrantes de la prensa.
Quizá porque para ver al “Cabecita” había que desvelarse, pero lo cierto es que el fichaje bomba del Apertura 2022 tuvo una llegada más discreta que su paso por Arabia Saudita, en donde metió un gol pese a los 160 millones de pesos que el Al-Nassr desembolsó por él.
Eran los primeros minutos del miércoles 29 de junio y el “Cabecita” brillaba por su ausencia. Hacía una hora que su vuelo había aterrizado en la Terminal 2 del aeropuerto capitalino. Algunos sospechaban que el jugador había realizado sus primeros dribles, sin defensas de por medio.
En un principio, hubo varios curiosos, atraídos por la presencia de los medios de comunicación. Hasta ellos se cansaron de esperar al uruguayo. Los más pacientes encontraron su recompensa, hora y media después de que aterrizó el vuelo.
En agosto de 2019, Guillermo Ochoa tuvo una recepción más parecida a un carnaval, entre la música de los barristas y decenas de curiosos que buscaban tocarlo, cual deidad, lejísimos de la solitaria recepción a Rodríguez.