No fue casualidad. El Atlético de San Luis lo buscó y lo mereció, derrotó al líder, le quitó el invicto al Cruz Azul (3-1).
El peor juego de los Cementeros en el torneo. Falta de concentración, de contundencia y de disciplina... Todo se conjugó para que perdieran su primer partido.
El Atlético de San Luis, al mando de Domenec Torrent, fiel creyente del Guardiolismo, le jugó al error a La Máquina, que cayó en la trampa, de la cual no se pudo salir, afectada en gran forma por la expulsión de Gonzalo Piovi.
El San Luis lo avisó. Aunque no era suyo el dominio, las acciones de peligro sí lo eran. El Cruz Azul, con su juego al límite, parecía confiado en que no le pasaría nada, y menos cuando Ignacio Rivero abrió el marcador (32´).
La celebración duró poco. Tiro de esquina, remate con la cabeza al poste y, en el rebote, Franck Boli igualó (35´). Y venía lo peor. Piovi se equivocó en la salida, vino el centro para otro remate al poste, otro rebote que fue gol de Javier Güémez (45´+1). Piovi firmó su pésimo juego y se fue expulsado (74´). Los Cementeros no se pudieron acomodar y se expusieron al golpe final, el cual llegó en un autogol de Erik Lira (90´+8).
El Atlético de San Luis llegó a 14 puntos, y demostró que el equipo cementero no es invencible; un cuadro azul golpeado en el orgullo y, que con 19 unidades, se vio mal.