Ciudad de México
El Super Bowl nos tiene acostumbrados a vivir historias que le contaremos a nuestros hijos, nietos y que quedarán grabadas en nuestra memoria por siempre. La edición número 57 del mismo no fue la excepción y, por supuesto, Patrick Mahomes fue el actor principal.
Los Chiefs de Kansas City superaron a los Eagles de Filadelfia por 38-35, y aunque Mahomes no tuvo muchos minutos en la cancha, fue clave para que su equipo sea el campeón de la NFL.
Con 27 años, el mariscal de campo, nacido en Texas, Estados Unidos, carga con la presión de ser el hombre llamado a ser el “heredero” de Tom Brady, el jugador con más anillos en la historia del deporte.
Sin embargo, Pat escribe su propia historia. Seleccionado en el Draft de 2017, supo ser suplente de Alex Smith y esperar su oportunidad, misma que llegó un año más tarde y a partir de ahí, la historia de la franquicia de Kansas City cambiaría para siempre.
En el 2019 conquistó su primer anillo al derrotar a los 49ers de San Francisco por 31-20 y fue el segundo quarterback en conseguir el trofeo Vince Lombardi antes de cumplir 25 años.
Su estilo de juego, carácter y liderazgo para dominar la Conferencia Americana lo colocan como el hombre del momento y la cara de la NFL.
Superó la caída de su segunda aparición en Super Bowl en 2020 y esta noche, en Phoenix, Arizona, encontró revancha y levantó el trofeo una vez más a pesar de tener una lesión en el tobillo. Lanzó para 182 yardas reflejados en tres pases de anotación.
Así, Mahomes ya escribe su nombre con letras de oro en la NFL. Como héroe ya tiene su historia para contar.