¡Cowboys invencible!

El osado Dan Campbell, head coach de los líderes del Norte, prefirió jugar a todo o nada y se fue de Arlington con las manos vacías, alejándose de la cima

ARLINGTON, Virginia

Ni la bravura de los Lions de Dan Campbell pudo con los Cowboys en su fortaleza.

Los Lions hicieron todo bien para llevar a Dallas a límite, pero el osado head coach de los líderes del Norte de la NFC prefirió jugar a todo o nada, y se fue de Arlington con las manos vacías. 

Fiel a su estilo, Campbell echó toda la carne al asador con el partido 20-19, cuando su equipo tenía la oportunidad de empatar el juego con un gol de campo o ganarlo con una conversión de 2 puntos; Dan eligió el riesgo. 

Con 27 segundos por jugar, los Lions utilizaron una formación jumbo y el pase de Jared Goff llegó intacto a las diagonales para silenciar al estadio de los Cowboys.

Pero un pañuelo amarillo arruinó la breve fiesta de los de Michigan. La sanción: toque ilegal del balón, cinco yardas para atrás y a repetir la cuarta oportunidad.

Fúrico, Campbell encaró a los oficiales, pero la repetición fue lapidaria. Cuando Goff y compañía se formaron, uno de los tacles ofensivos se reportó como receptor elegible. El problema es que fue el jugador incorrecto. 

Dan Skipper, número 70, alzó la mano para avisar que podía formar parte de la jugada como receptor, pero el pase de Goff cayó en manos de Taylor Decker, el dorsal 68. ¿De quién fue la confusión?

Pero el castigo no intimidó a Detroit ni cambió la decisión de Campbell. Desde la yarda 7 buscaron la conversión y, tras un pase incompleto a Amon-Ra Saint Brown, los oficiales calmaron los ánimos con otro pañuelo amarillo. 

En esta ocasión, fueron los Cowboys quienes rompieron las reglas. Micah Parsons cometió un fuera de lugar y los Lions seguían vivos. 

Detroit se mantuvo firme y fue por todo, pero Goff no pudo conectar con James Mitchell y el partido quedó definido. 

El triunfo fue un bálsamo para Dallas, que se equivocó en el manejo del reloj durante los últimos minutos y, luego de darle una vida extra a Detroit, tuvo que apoyarse en los 92 mil aficionados que asistieron a su fortaleza para conseguir el resultado. 

Por ello, a los Cowboys no les dará vergüenza apoyar hoy a los Commanders en su duelo ante los 49ers y a los Cardinals en su partido contra los Eagles, ambos rivales directos en la lucha por la cima de la Conferencia Nacional. 

Ya son 16 victorias consecutivas en casa para los dirigidos por Mike McCarthy, que prenderán veladoras para que los astros acomoden y el título de la NFC siga a su alcance. 

Para Detroit, la cima de la Conferencia se alejó definitivamente, pero el placer de ganar el Norte de la NFC no se los quita nadie.