Una nueva camada de jóvenes quarterbacks dominaron por completo la temporada de la NFL, alzando la mano para ser protagonistas de la Liga en los próximos años.
Los siete equipos de la Conferencia Americana en Playoffs son comandados por pasadores menores de 28 años: el presente y futuro de este deporte.
Esta talentosa generación, encabezada por Patrick Mahomes, dejó atrás el molde de QB estático que permeó durante décadas pasadas, para revolucionar la posición y darle entrada a un estilo atlético que combina el juego aéreo con una gran movilidad fuera de la bolsa de protección.
Mahomes posiblemente será elegido como MVP, liderando una temporada en la que cinco de los siete mariscales clasificados en la AFC están dentro del Top 10 de más yardas aéreas producidas.
Y, a sus 27 años, el mariscal de campo de Kansas City es el más “veterano” de los que dominaron la AFC, reflejando ese cambio generacional que muchos pedían en la NFL y que ahora es toda una realidad.
Los quarterbacks cada vez tienen menos tiempo para lanzar y, mientras la presión en la bolsa crece, los más talentosos sobreviven: aquellos que son capaces de resolver un partido por su cuenta, improvisando alguna genialidad con su precisión de brazo o corriendo el balón.
Gracias a ello, Trevor Lawrence y Tua Tagovailoa pudieron llevar a la Postemporada a equipos como Jacksonville o Miami, demostrando sus capacidades, a pesar de las falencias de sus escuadras.
También Justin Herbert con Chargers o Lamar Jackson con Ravens han sabido elevar su nivel, a pesar de muchas adversidades como líneas ofensivas irregulares o lesiones.
Mientras que casos como Joe Burrow (Bengals) o Josh Allen (Bills) ya se han consagrado en la élite de la NFL, completando ese grupo de QBs que será la cara de la Liga en la próxima década.