Desde la campaña de 2015 no regresaban a los Playoffs, pero el reciente éxito de los Broncos de Denver se debe en gran parte a la firma de Sean Payton.
Sacar del semirretiro al head coach fue la mejor contratación de Denver en los últimos años.
Tras una campaña de aprendizaje, en la que no le fue mal con marca de 8-9, Payton en este segundo año armó un equipo defensivamente sólido, que lo tiene de nuevo en la postemporada, donde buscará sorprender el domingo a los Bills en Búfalo -segundos sembrados de la AFC- en la ronda de comodines.
Denver terminó esta campaña con marca de 10-7 y presume ser la tercera mejor defensa de la NFL, que permite apenas 18.3 puntos en promedio por juego.
El coach le ha inyectado energía y confianza a un equipo joven, principalmente al quarterback Bo Nix, quien jugó los 17 duelos como titular y acabó con casi 3 mil 800 yardas, con 29 pases de anotación y 12 intercepciones, con rating de 93.3.
Payton sabe lo que es ganar un Super Bowl, pues cuando tenía 46 años llevó a los Saints a la cima venciendo a los Colts en el SB XLIV, en febrero de 2010.
Y esa experiencia en Playoffs ahora se las está transmitiendo a sus muchachos.
"Yo usé el término ´un joven y hambriento puede ser peligroso´, y es cierto. Es inspirador como entrenador trabajar con jugadores así", dijo Payton esta semana. "Tenemos que aceptar este desafío, y luego buscar que estos chicos tengan ideas afines y que sean competitivos".