Cruz Azul está que no cree en nadie. La Máquina sufrió demasiado para derrotar al Orlando City, pero logró quedarse con el boleto a los octavos de final luego de que Uriel Antuna no desperdició el último disparo cementero en la tanda de penaltis (4-5).
La Máquina se quedó a nada de recibir un duro revés en su sólido proyecto, pero rescató la eliminatoria en el Inter&Co Stadium, gracias al extremo mexicano que vive uno de los mejores momentos en su carrera. El gesto que hizo al anotar es prueba inequívoca de la confianza que tiene.
Durante los primeros minutos, se vivieron pocas acciones de peligros en ambas áreas. Los dos equipos optaron por no arriesgar demasiado, en espera de descifrar cuál sería la postura del rival.
Como es habitual en el conjunto de Martín Anselmi, la posesión del balón era ampliamente celeste, pero la creatividad en los últimos tres cuartos no se hacía presente en el inmueble de Florida.
Incluso, Los Leones casi se adelantan en el marcador antes de finalizar la primera mitad, pero Kevin Mier estuvo atento para evitar la caída de su marco.
Ignacio Rivero y Carlos Rotondi intentaron perforar la portería de Pedro Gallese, pero sus disparos terminaron yéndose por encima. La suerte estaba jugando para los locales.
El director técnico cementero dio un golpe en el pizarrón y buscó soluciones en la banca, con las incorporaciones de Uriel Antuna, Carlos Rodríguez, Diego Montaño, Ángel Sepúlveda y Camilo Cándido. Ninguno fue capaz de marcar diferencia.
La tanda de penaltis llegó. La Máquina comenzó sufriendo tras el disparo desviado de su capitán, pero Kevin Mier apareció para detener el cobro de Dagur Thorhallsson. Uriel Antuna puso la cereza en el pastel.
Cruz Azul avanzó y buscará seguir haciéndolo, aunque su siguiente rival en los octavos de final no será nada sencillo, sobre todo por cómo disputó su llave. Mazatlán FC ya lo espera con la misión de "arrebatarle" la clasificación.