En el Estadio Etihad, el City fue superior al club español pero no podía descifrar el cerrojo, hasta que su DT Josep Guardiola metió a Philip Foden.
El británico se metió entre cuatro rivales para filtrarle un balón a Kevin de Bruyne, quien con remate cruzado, logró por fin mecer las redes, al 70’.
El belga ya se había frustado varias veces al ver cómo no caía el gol, como al 55’, que sacó disparo que tapó el arquero Jan Oblak, o como al 40’, que cayó en el área y pedía penalti, que el silbante no pitó.
Los Citizens dominaron sobre todo en el primer tiempo, con una posesión de hasta 90 por ciento, pero cuando llegaban a tres cuartos de la cancha, se le acababan las ideas.
El Atlético nunca renució a su estilo de juego y apenas iba al frente. De hecho, en el primer tiempo ni siquiera sacó algún disparo.
Para el complemento, el club español se atrevió un poco más, a contragolpes, pero ni Antoine Griezmann ni Marcos Llorente supieron aprovechar al pisar el área.
Hasta que llegó la genialidad de Foden, quien ingresó al 69’, para un minuto después ponerle un balón a modo a De Bruyne quien se encargó de cruzarlo para abrir el marcador y llevarse un gol de casa.
El partido no estuvo exento de momentos de tensión, como al 82’, que Ángel Correa le reventó un pelotazo en el rostro de Jack Grealish, y el del Atlético sólo vio la amarilla, desatando un conato de bronca, en el que tuvo que intervenir Guardiola para evitar que se hiciera más grande.