En el cierre de la jornada 1, otomanos y exsoviéticos ofrecieron un encuentro muy emocionante con llegadas a ambas porterías y constante deseo de imponerse.
La figura de la jornada
Nicoló Barella, de Italia. Determinante. Cuando la Squadra Azzurra parecía meterse en problemas, el volante del Inter de Milán apareció para hacer un gol y servir otro.