Gelsenkirchen, Alemania
Schalke regresa a la Bundesliga tras un año de transformación dentro y fuera de la cancha.
Un humillante descenso de la máxima división obligó a los gigantes tradicionales del fútbol alemán a reconstruir su plantel. Luego estalló la guerra en Ucrania y Schalke rompió los lazos con Gazprom, la empresa estatal rusa de gas que había sido su sostén financiero, dejando al club en un futuro incierto.
El ascenso de Schalke esta temporada reflejó el curso de su temporada: siempre viniendo de atrás. Se fueron al descanso perdiendo 2-0 ante St. Pauli, rival directo por el ascenso, pero se repusieron para ganar 3-2.
“Le tengo un enorme respeto a este grupo, cómo supieron reaccionar. Ha sido increíble”, dijo el técnico Mike Büskens, ídolo del Schalke que ganó la Copa UEFA como jugador en 1997. “Te vas abruptamente de la primera división, te quedas sin equipo. Y luego se arma un grupo en el que todos tienen la convicción de creer en sus compañeros y dejarlo todo en la cancha. Hay que decirlo, estos jugadores se lo merecen”.