Madrid, España
El Barcelona venció 1-0 al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, con autogol de Éder Militao en el juego de ida de la Semifinal de la Copa del Rey y justo cuando el cuadro catalán iban en declive futbolístico.
En España se hablaba del cagómetro blaugrana, después de quedar fuera de la Europa League, perder contra el Almería en LaLiga y esta visita en la que no contaría con jugadores lesionados como Robert Lewandowski, Pedri y Ousmane Dembélé.
Aun así, el Barcelona se las ingenió para pegar en el primero de los tres Clásicos en un mes. Al 26’, el Real Madrid falló en un saque de banda, cuando Camavinga perdió el balón ante la presión de Franck Kessié, clave también al encarar al portero Thibaut Courtois, quien tapó el disparo, pero nada pudo hacer cuando el rebote pegó en Militao. El cuerpo arbitral anuló el tanto por fuera de lugar, pero el VAR rectificó.
El Barcelona, por increíble que parezca, renunció a su estilo para salir vivo del Bernabéu. Tuvo el 35 por ciento de posesión de balón, contra el 65 del cuadro blanco.
De poco le sirvió al Madrid el llevar el balón de un lado a otro, sobre todo porque Ronald Araújo secó a Vinícius Júnior. Ese fue un tema táctico clave. El técnico Xavi Hernández entendió que Jules Koundé no tiene ese nivel de marca por la banda, así que pasó al francés a la central y colocó al uruguayo como lateral derecho.
El Barcelona defendía hasta con Raphinha. En ocasiones, el equipo lograba desplegar, con rapidez, como en aquella jugada en la que Ansu Fati evitó el segundo, sí, como si fuera un zaguero del cuadro blanco, ya que se interpuso en el remate de Kessié, al 72’.
A Marc-André Ter Stegen le bastó con estar atento para cortar los centros del cuadro blanco, que sólo una vez llegaron a la ubicación de Karim Benzema, pero el francés estaba en fuera de juego.
En LaLiga, Barcelona aventaja por siete puntos al Madrid. Ahora, se va con la ventaja en la Copa del Rey, de cara a la vuelta del próximo 5 de abril en el Camp Nou.