Celtics regresa a casa tras un duelo donde fue humillado, y con ganas de que alguien pague los platos rotos.
La buena noticia para Boston es que lideran 3-1 las finales de la NBA, y el juego 5 es el chance perfecto para coronarse ante los Mavericks de Dallas.
La mesa está puesta para conseguir el título 18, pero lograrlo no será fácil, pues Luka Doncic y Kyrie Irving están dispuestos a ser los aguafiestas.
La última ocasión que Celtics se coronó fue en 2008, mientras que los Mavs solamente ha ganado un campeonato y fue en 2011.
"Tenemos que ir partido a partido. Primero pensar en el Juego 5 y ya después vemos lo que sigue", apuntó Doncic, quien parece haber dejado los dolores torácicos que lo aquejaron a principios de la serie.
"Seguiremos jugando igual, tenemos que defender mejor", apuntó el coach Jason Kidd.
En tanto, Jayson Tatum y Jaylen Brown saben que deben salir a jugar como si fuera un Juego 7, y no menospreciar a Dallas.
Los Celtics no quieren sorpresas. Ningún equipo en la historia ha regresado de un 0-3, y en Massachusetts no quieren que ahí comience ese milagro.
"Estamos en casa y tenemos que aprovechar eso. Somos un equipo donde todos saben qué hacer", añadió Tatum.
"Sabemos lo que es ganar, ya sabemos qué hacer y debemos salir a hacer nuestro trabajo", dijo Brown.
Boston sufrió mucho en el duelo pasado en los rebotes. Necesitan a Kristaps Porzingis, quien dicen que ahora sí podría tener acción, aunque la lesión que tiene podría agravarse, por lo que de no estar disponible Al Horford y Xavier Tillman tendrían más minutos de juego.