Etiopía declaró el lunes una tregua unilateral e inmediata en su región de Tigray tras una ofensiva de casi 8 meses que dejó a miles de personas en la peor hambruna vista.
La guerra desestabilizó al segundo país más poblado del continente y amenazó con extenderse a toda África, donde Etiopía es considerada un aliado clave de Occidente.
Ocurre además en momentos en que Etiopía aguarda los resultados de las elecciones calificadas por el primer ministro Abiy Ahmed como parte esencial de las reformas que le granjearon el Premio Nobel de la Paz en 2019.
El vuelco de Abiy de la paz hacia la guerra disgustó a observadores desde que estalló el conflicto en noviembre. Desde entonces ha sido difícil acceder a la región e investigar reportes como violaciones masivas y hambruna forzada.
El comunicado del gobierno etíope fue transmitido por la prensa estatal poco después de que la administración interina de Tigray, designada por la autoridad central, huyó de la capital regional Mekele y pidió una tregua inmediata por motivos humanitarios.