A un año de su derrota ante Andrés Manuel López Obrador y la coalición encabezada por Morena, el Partido Acción Nacional (PAN), primera fuerza de oposición de México, debe salir del “pasmo”, renovarse a fondo y declarar una “amnistía” para que regresen los panistas que se fueron, incluidos Margarita Zavala y Felipe Calderón, propone Roberto Gil Zuarth, quien recuerda que el proceso electoral 2021 inicia en sólo 15 meses.
El presidente del PAN, Marko Cortés, debe encabezar la “dirigencia de la transición democrática” en ese partido y convocar a la reunificación en el marco del 80 aniversario de su fundación, que cumple en septiembre, subraya el exsecretario particular de Calderón, quien a su vez construye su partido México Libre.
“Los necesitamos a todos. Marko debe poner eso sobre la mesa y si alguien no acepta por mezquindad, porque no le interesa o porque prefiere otra cosa, ya quedará de ellos”, subraya el exsubsecretario de Gobernación y exsenador, quien desde 2017 anticipó la derrota del PAN y de su candidato presidencial Ricardo Anaya.
–¿Cortés debe llamar a Margarita y Calderón a regresar al PAN?
–Sin duda. Y con toda intención y auténtico compromiso plantear el regreso de todos los que se fueron. No sólo a Margarita y a Felipe, sino a muchos otros que se fueron en el camino.
–¿También a Vicente Fox?
–Los que se fueron con la oferta de Morena y que hoy están desilusionados. No me refiero a los que brincaron a un cargo público, sino aquellos que no vieron en el PAN alternativa y que, para canalizar su enojo con el PRI, abrazaron la causa de Morena. ¿Esos no tienen regreso? Cuántos están en Movimiento Ciudadano, por ejemplo, en Jalisco.
Insiste: “¿Es imposible reconstruir la unidad, generar una amnistía, más por estado de necesidad que por una rebatinga pasada o un encono acumulado? ¿Es imposible esa reunificación? ¿Alguien la está pensando y hay alguien dispuesto a ponerla sobre la mesa? Yo no lo veo”.
Y si Cortés no asume con audacia su responsabilidad, lo deben hacer otras figuras o corrientes del PAN, que ven con preocupación el extravío del partido. “Si Marko no lo puede o no lo quiere hacer porque tiene restricciones de sus entornos, tiene que haber dentro del PAN otros que lo planteen”.
De lo contrario, advierte, el PAN seguirá su tendencia a la irrelevancia, igual que los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), repudiados por sectores de la sociedad que prefieren manifestarse de manera desorganizada, como la protesta del 30 de junio contra López Obrador.
“El gran reto de la oposición es entender que los partidos deben ser organizaciones que organicen a la sociedad. Pero para ser organizaciones que organicen a la sociedad, primero se tienen que organizar ellos, en particular el PAN”, subraya Gil Zuarth.
“El PAN debiera estar preocupado por organizarse internamente para poder ser la organización que organice a la gente, que hoy está saliendo a las calles de manera desorganizada, pero donde puede haber materia prima para construir posiciones políticas, movimientos sociales y alternativas electorales.”
Populismo de extrema derecha, el riesgo
Aspirante a la presidencia del PAN en 2010, ante Gustavo Madero, quien lo venció, Gil Zuarth advierte, en entrevista con el reportero, que de no renovarse el PAN, como todos los partidos tradicionales, el riesgo para México es que aparezca un movimiento populista de extrema derecha que capitalice el descontento ante López Obrador.
El PRI, dice el coordinador de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, no está renovándose tras la derrota y está viviendo lo mismo que vivió el PAN tras perder en 2012: Una “larga noche de cuchillos largos” entre los grupos de Madero y Calderón, y sobre quién se quedaba con el control del partido.
“El PRI está en esa condición muy parecida a la de nosotros en 2012: Quién paga los platos rotos. No veo un replanteamiento ideológico, una reflexión de qué les pasó, una autocrítica sobre el tipo de gobierno que fueron y todos los saldos que dejaron y que explican muchas de las cosas que están pasando hoy en el país.”
Pero en el PAN tampoco hay ese ejercicio: “Estamos por cumplir 80 años, hay un proceso de reforma estatutaria que no tiene hoy forma, por lo menos desde mi lejana comprensión, de hacia dónde va el partido, qué va a cambiar en su dinámica interna y, lo más importante, yo no escucho un replanteamiento ideológico programático. Es decir, qué vamos a representar frente a un régimen que se está formando”.
Los partidos de oposición, incluido lo que queda del PRD, no han entendido que hay un cambio de régimen anterior. “El triunfo de López Obrador sí implica, en intención y en las decisiones, la sustitución del régimen de la transición democrática por un nuevo régmen. ¿Cuál es? Todavía no lo sabemos”.
Sin embargo, identifica algunas claves: “Un presidencialismo fuerte con construcción de hipermayorías, con una coalición ideológica en el partido gobernante de expresiones de derecha, empresarios, izquierda, socialdemócratas, una amalgama en una gran coalición de gobierno que está en Morena, que también es una incógnita qué tipo de partido va a ser, si se va a quedar Morena como un movimiento o va a transitar hacia un partido”.