Cuba creó un organismo con rango de ministerio y que tendrá como fin coordinar toda la información, regular en el futuro la publicidad y presionar a las dependencias oficiales para dar respuestas cuando haya preguntas de los medios o de la población, entre otras funciones.
El o la presidenta de flamante Instituto de Información y Comunicación social “tiene un rango de ministro... de manera tal que es un órgano que tiene todas las facultades estatales como cualquier otro de los que existen en nuestro país”, dijo a un grupo de periodistas el miércoles el directivo de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, Humberto Fabián Suárez. “Va a entrar a facilitar, a apoyar, conducir y organizar la comunicación social en Cuba”.
Un escueto decreto ley que no dio detalles ni dejó inicialmente entender el alcance de la dependencia fue publicado el martes por la noche en la Gaceta Oficial, pero Suárez y otros funcionarios destacaron que habrá 30 días para que la legislación dé a conocer su estructura y las funciones o sus elementos específicos.
Suárez indicó que este decreto y los otros que saldrán próximamente fueron el resultado de un grupo de estudio que se inició en 2013 e hizo un diagnóstico muy crítico de la información y la comunicación en la isla, donde las fuentes no responden a los periodistas, hay secretismo y poca transparencia, reconoció.
El directivo aclaró que la publicación del decreto sobre la creación de este organismo no tiene que ver con las protestas del 11 de julio.
Miles de personas salieron a las calles ese día demandando mejoras en la calidad de vida y acciones de gobierno en temas como el desabastecimiento o la carestía, así como algunos reclamos políticos. El gobierno culpó a las redes sociales y medios alternativos de atizar una campaña y el presidente Miguel Díaz-Canel dijo que la prensa autorizada del país --de corte partidario-- debería ser más dinámica.
Al mismo tiempo el decreto del martes extinguió otra entidad llamada Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) que actualmente se encarga solo de esos dos formatos pero no de la política en su totalidad para todos los medios como la nueva dependencia.
Se trata de “transformación estructural” del “sistema de medios en el país”, dijo por su parte Onelio Castillo, hasta ahora vicepresidente del ya casi desaparecido ICRT, quien informó que el nuevo organismo de información tendrá además funciones como coordinar estudios académicos sobre comunicación, la superación de los profesionales del área o la gestión de la “marca país”, que identifica a la isla.
Actualmente, la nación caribeña no tiene un ministerio o institución similar para regir el de información o la comunicación social. Tampoco cuenta con medios de prensa independientes o privados autorizados y los que hay pertenecen al Partido Comunista —el único con estatus legal— como los dos periódicos nacionales Granma y Juventud Rebelde, o sus entidades afines como Trabajadores de la central sindical. Incluso el propio ICRT en extinción y los diarios provinciales son regidos por esa misma entidad política.
En los últimos años y gracias a la expansión de la internet se comenzaron a desarrollar medios alternativos o blogs no oficiales, al tiempo que cobraron auge las redes sociales como forma de recibir noticias, muchas de las cuales no se confirman o son falsas.
Tanto Suárez como Castillo indicaron que el nuevo instituto también velará porque las fuentes —ministerios y dependencias— tengan la obligación de responder y dar cuentas a la prensa.
Cuba tampoco permite la publicidad en sus órganos de prensa --por ejemplo en la radio o la televisión-- o ésta es escasa —en algunos carteles en el aeropuerto o calles principales—, aunque ya se había informado que los anuncios comerciales serán autorizados, lo que se espera que se concrete en una ley de medios, que está prevista para su aprobación en 2022.
“Hay un reconocimiento de la publicidad y el patrocinio en el país y se trabaja en una norma específica...que va a pautar el uso”, reiteró el comunicador Suárez, quien dijo que las reglas para la operación de estas deberán también ser supervisadas por el nuevo instituto.