En 2013, Disney comenzó uno de sus proyectos más ambiciosos, cuyo eje central se basaba en la celebración del Día de Muertos y con ello había iniciado un proceso de registro de marca, tanto en Estados Unidos como en México, de la frase “Disney Pixar Día de Muertos”.
A partir de ese momento, el desagrado popular no se hizo esperar, ante lo que muchos calificaban de “apropiación cultural” y tras varias polémicas, la compañía estadounidense decidió hacerse a un lado y cambiar el nombre de su película.
Antes de ese 2013, en febrero de 2005, dos productores mexicanos, Estefani Gaona y Roberto Gómez Fernández, buscaron registrar la marca para su proyecto, el cual se basaba también en la festividad mexicana. ¿El resultado? Una demanda de tres años contra el IMPI (Instituto Mexicano de Propiedad Industrial), para hacerse con el nombre.
“Desde el principio queríamos que la marca se llamara Día de Muertos y la primera vez que me paré en el IMPI fue en 2005 y me dijeron que estaba loco porque eso no se podía registrar y dije: ‘ah bueno’, y fue en 2012 cuando nos enteramos que Disney quería registrar el nombre y el IMPI había admitido su petición, que no es lo mismo a que se las dieran, pero habían admitido la solicitud y a nosotros nos dijeron que no se podía, lo cual creímos que no era justo porque nosotros habíamos hecho la solicitud antes”, comentó Roberto en entrevista con EL UNIVERSAL.
Tras conocer los planes de Disney, los productores recurrieron a abogados expertos en propiedad intelectual porque el IMPI se los había negado dos veces, para ese entonces los empresarios tenían registrado el guión y los personajes, por lo que emprendieron el juicio de nulidad y al nal un juez ordenó que se les diera el registro.
“La marca Día de Muertos es una marca registrada de la que somos dueños y es para juguetes y ropa, no es que vayamos a restringir el uso del nombre o vayamos a Pátzcuaro a cobrar a aquellos que lo utilicen. Fue un proceso de tres años en esta batalla legal con el IMPI que decía que como Día de Muertos es Patrimonio Inmaterial de México no se podía hacer”, recordó Gómez Fernández.
Sin embargo, Estefani señaló que uno de los argumentos que sus abogados utilizaron para poder ganar el juicio fue que ya antes había antecedentes de que otras festividades como el 5 de mayo y Nochebuena se habían registrado para una película y una cerveza, respectivamente.
El productor jalisciense comentó que previo a la demanda, Disney se acercó a ellos para negociar el nombre pero una vez que la noticia se ltró a los medios de comunicación, la compañía estadounidense dejó de llamar y contestar llamadas.
“Las únicas reuniones con Disney las tuvimos antes y cuando empezó toda la cosa mediática y salieron las notas, cortaron toda comunicación con nosotros y no volvimos a verlos. Conocimos al director de Coco y al de Book of life pero eso fue después”, dijo Gómez Fernández.
Ambos productores están conscientes de que las comparaciones entre Día de Muertos —que estrena este n de semana en la cartelera nacional— y Coco no se harán esperar, aun cuando iniciaron su proyecto hace más de 16 años.
Estefani recordó que fue en 2003 cuando iniciaron con la idea de la película, pero fue hasta 2007 cuando registraron el primer guión y nalmente en 2012 les dieron el apoyo de EFICINE, luego de haber sido rechazado dos veces del FIDECINE y una más a FOPROCINE. Esto los llevó a que comenzaran con la producción a inicios de 2016, año en el que Disney ya había avanzado con Coco.
Hasta el momento, la película se ha vendido a más de 30 países, aun cuando no se ha estrenado en México, lo cual Gómez Fernández calica de todo un hito en la cinematografía nacional animada. De acuerdo con los productores, el largometraje, que cuenta con las voces de Fernanda Castillo, Alan Estrada y Guillermo Aponte, se podrá ver en países como Polonia, Austria, Tailandia y Azerbaiyán, sin olvidar los mercados sudamericanos.
“Fue muy difícil levantar el presupuesto para esta película pero lo logramos así hayan pasado más años de los que hubiéramos querido; al nal hicimos la película que quisimos con talento totalmente mexicano. Pudimos haber llevado el guión a EU y hacerla allá pero queríamos que fuera una cinta mexicana con una historia muy mexicana”, añadió Roberto.