La superestrella hollywoodense y la esposa del Príncipe Guillermo no se perdieron ayer ninguno de los dos eventos deportivos en Londres que magnetizaron las miradas del mundo: Wimbledon y de la Eurocopa.
Por separado, presenciaron la final masculina del torneo de tenis, en la que el serbio Novak Djokovic ganó al italiano Matteo Berrettini.
Detrás de unas gafas oscuras y muy sonriente, enfundado en un elegante traje azul, Cruise estuvo en las tribunas, saludó al público y se sacó algunas selfies. Acompañada por el Príncipe Eduardo, Catalina, de vestido rosa, estuvo en la cancha, en la entrega del trofeo.
Apenas una hora más tarde, sorteando el tráfico de la capital británica, a unos 14 kilómetros de distancia, Catalina ya aplaudía al equipo inglés, en su duelo contra la selección italiana de futbol. Con un look completamente distinto, ahora de saco hueso y pantalón negro, fue fotografiada en el mítico estadio de Wembley junto con su hijo, el Príncipe Jorge, y su marido, Guillermo.
Cruise no pudo o no quiso cambiar su atuendo, sólo se quitó sus lentes y en compañía más distinguida que la que tuvo temprano: la supermodelo Kate Moss y el ex futbolista David Beckham.