MÉRIDA, Yuc.
Entre 2015 y 2019 los países exportadores del Continente Americano (Argentina, Brasil, Canadá, México, Chile, Uruguay, Cuba, El Salvador, Guatemala y Nicaragua) sufrieron pérdidas por mil 96 millones 306 mil 870 dólares como consecuencia del fraude de la miel adulterada del país asiático, según la Comisión Regional de las Américas y la Comisión Científica de Economía Apícola de la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultores.
En 2020 la cifra aumentó otros 300 millones de dólares y constituye el mayor daño económico en la historia de la industria apícola en la región, indica la misma comisión.
Como lo hicieron hace algunos años contra Monsanto por el daño causado por sus productos transgénicos y agrotóxicos, defensores de las abejas, apicultores y exportadores de la península de Yucatán emprendieron esta nueva cruzada en solitario, como sociedad civil y sin respaldo gubernamental.
Hasta ahora México, que figura entre los 10 principales productores y exportadores de miel, no ha emitido ningún posicionamiento ante la Organización Mundial de Comercio o la comunidad internacional por este azote a la apicultura, una actividad crucial para la seguridad alimentaria y el sostenimiento de los ecosistemas planetarios, de la que dependen numerosas comunidades indígenas.
Ante la inacción de los gobiernos de los países productores se inició esta lucha internacional a la que se sumaron ya personas y organizaciones interesadas en detener el fraude de la miel procedente de China.
El propósito es emprender acciones de vinculación legales, mediáticas, sociales y científicas para impulsar un nuevo marco regulatorio del comercio del dulce en el mundo, dice Luis Arturo Carrillo Sánchez, impulsor de Honey Authenticity Project (HAP). “No sólo se combate una competencia ultradesleal, se trata de algo mucho más grave –afirma–, es delincuencia organizada internacional”.
Explica: “En 2016 creamos el HAP, un intento por empezar a revelar esta situación a nivel mundial. Lo primero era entender dónde estaba el problema, por qué no funcionaban los análisis; luego hicimos el muestreo en España, Japón, Estados Unidos e Inglaterra. Encontramos miel falsa en todos lados.