Juan Reynoso casi se la vuelve a hacer a Guillermo Almada. Y se la hizo al medias al salir con el empate a un gol, en un juego donde la Maquina sufrió diez bajas, llegando, a pesar de su status de campeón, como víctima.
Al final, el punto le supo a victoria a los azules y los laguneros se van con la rabia de no haberse podido desquitar de la final perdida hace apenas dos meses. Cruz Azul salió a sobrevivir el juego, y así lo hizo en los primeros minutos, donde Santos vio la actitud y tomó por abordaje el campo.
No había llegado el reloj al minuto 5 cuando Pablo Aguilar ya había provocado un penalti, que el novato Andrés Gudiño tapó a tiro de Fernando Gorriarán. A partir de ese momento la defensa cementera se endureció, y poco a poco fue apagando el ímpetu lagunero hasta esconderlo en la final de la primera parte.
Juan Reynoso tuvo que hacer varios cambios, ya que la guerra que se llevó a cabo en los primeros 45 minutos propiciaron varios amonestados, y por eso Santiago Giménez entró a la cancha y el “Chaquito” respondió nada menos que con un gol: un despeje largo de Gudiño fue prolongado por Angulo y el joven delantero venció en la carrera a Doria para de zurdazo vencer a Carlos Acevedo.
Cruz Azul dejó mucho más la iniciativa a los laguneros, que se fueron con su resto por el empate, pero no encontraban el hueco hasta que vino el error del novato Rodrigo Huescas, quien pateó a Campos, para que se marcara un segundo penalti, que esta vez Diego Valdés sí convirtió en gol (81’).
Los cementeros sacaron el colmillo, con tantas ausencias el punto vale oro. Ya en los próximos días, recuperará gente y podrá jugar con otra perspectiva.