CONTRA LOS NARCOPLANTÍOS LA SEDENA ACTÚA A CIEGAS

En la solicitud de información se le pidió a la Sedena que detallara cuántas hectáreas de amapola y mariguana había erradicado vía aérea desde que se hizo cargo de esas operaciones

México, D.F.La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asegura que desde 2007 –cuando el Ejército se hizo cargo de la destrucción de narcoplantíos– en promedio multiplicó por tres la destrucción de estos sembradíos. Pero no hay pruebas que respalden su dicho. Al contrario.Merced a una solicitud de acceso a la información, en julio pasado la Sedena entregó cifras que muestran que la superficie sembrada de droga en el país creció durante el sexenio de Felipe Calderón, y así se ha mantenido hasta mayo de 2015, tras dos años y medio de gobierno de Enrique Peña Nieto.Ahora bien, los documentos refieren que la destrucción de plantíos de mariguana y amapola durante este lapso se triplicó desde 2007, cuando los militares se hicieron cargo de esta tarea, que antes correspondía a la Dirección General de Erradicación de Cultivos Ilícitos de la Procuraduría General de la República (PGR).Informes de la PGR que abarcan del sexenio de Ernesto Zedillo (1994 a 2000) al de Vicente Fox (de 2000 a julio de 2006) muestran que el año en que se alcanzó el mayor número de hectáreas de amapola erradicadas por tierra y aire en todo el país fue 2001, con 5 mil 451; en lo que atañe a los campos de mariguana, fue 1999, con 7 mil 462. En general hubo un alza entre 1996 y 2005, cuando el promedio anual de destrucción de amapola se mantuvo por arriba de las 3 mil hectáreas, mientras que el correspondiente a la mariguana estuvo en más de 6 mil.En tanto, la información que se le solicitó a la Sedena fue la cantidad de hectáreas de amapola y mariguana erradicadas vía aérea y terrestre entre enero de 2007 y mayo de 2015.Según las cifras, en los últimos dos sexenios el Ejército tuvo su año más activo en 2007, cuando destruyó 22 mil 138 hectáreas de mariguana en todo el país; el más bajo fue 2013, con 3 mil 826. En los primeros cinco meses de 2015 iban 2 mil 85 hectáreas erradicadas de esta droga.Los documentos refieren que en 2014 se destruyó la mayor cantidad de hectáreas de amapola: 19 mil 505. El más bajo fue 2007, con 11 mil 609. En los primeros cinco meses de 2015, la Defensa Nacional reportó 13 mil 944 hectáreas de esta planta erradicadas en todo el país.En comparación con las estadísticas de la PGR, las cantidades de hectáreas de mariguana destruidas por el Ejército se triplicaron de 2001, cuando hubo poco más de 7 mil, a 2007, en que se registraron más de 22 mil. Lo mismo ocurre con las hectáreas de amapola: la PGR reportó el año 2001 como el de mayor destrucción –con poco más de 5 mil–, en tanto que la Sedena asentó que en 2014 destruyó más de 19 mil.Del comparativo de documentos se desprende que mientras la PGR contaba con mecanismos de verificación de las superficies erradicadas –registraba número de vuelos y equipo aéreo utilizado, tiempo de vuelo, cantidad de herbicida utilizado, número de plantíos y cantidad de hectáreas, entre otros factores–, el Ejército no aporta datos metodológicos ni especifica, por ejemplo, cuántas hectáreas se destruyeron vía aérea.CIFRAS “INFLADAS”Cuando en abril de 2007 la Sedena inició operaciones de erradicación aérea de plantíos ilícitos, recibió 50 helicópteros Bell y ocho aviones Cessna 206. En respuesta a una solicitud de información enviada en la primavera de 2010, la dependencia argumentó que no podía dar a conocer cuántas de esas aeronaves se encontraban operativas, puesto que se trataba de información de “carácter reservado”.Añadió sólo que 547 oficiales de la Fuerza Aérea Mexicana habían sido capacitados para operarlas, algo que resultó insuficiente, pues en mayo de aquel año firmó un convenio de colaboración con la dependencia “para proporcionar apoyo aéreo en materia de recursos humanos y materiales para operaciones contra el narcotráfico”.En la solicitud de información se le pidió a la Sedena que detallara cuántas hectáreas de amapola y mariguana había erradicado vía aérea desde que se hizo cargo de esas operaciones. La respuesta muestra que en 2007 y 2008, en Durango –el segundo estado donde más amapola se produce y uno de los cinco primeros de mariguana– los plantíos no fueron tocados desde el aire.De hecho, en esa entidad la operación de la flota aérea fue reducida al mínimo durante 2009 y el primer trimestre de 2010. Lo mismo ocurrió en Guerrero, primer lugar nacional en producción de amapola y uno de los principales de mariguana, donde no se reportó ninguna hectárea destruida por aspersión aérea.La cuestión es que antes de 2007 la PGR mantenía toda una estructura organizada para eliminar sistemáticamente los cultivos ilícitos, y cada año efectuaba operativos en las zonas de Guerrero, Sinaloa, Durango y Chihuahua que solían estar sembradas de estupefacientes.Cuando se le quitó esa responsabilidad, se multiplicó la siembra en partes que antes no tenían el problema, dice un piloto de la PGR que durante más de 20 años participó en las labores de erradicación y quien pidió que no se publicara su nombre.Después de analizar los documentos que entregó la Sedena con las estadísticas actualizadas a mayo de 2015, el piloto afirma que los números están “inflados”.La cuestión es que 75% de las aeronaves que la PGR cedió a la Sedena se perdió, dice Gerónimo Morales Olivares, exsubdelegado de Erradicación de la PGR. Para él –quien laboró por más de 25 años en la dependencia– hubo dos realidades que los militares enfrentaron cuando llegaron a hacerse cargo de la destrucción de plantíos ilegales: la falta de pericia para operar los equipos y su mentalidad cerrada, cuadrada.Él detectó otro problema: La dificultad que representaba el relieve implicó que algunos militares, como no tenían supervisión, “inflaran” las cifras.“Se presentaba una constante: los oficiales no saben cuantificar. Para muchos mil metros es una hectárea; a lo mejor no era intencional, pero se equivocaban. No sabían que equivale a 100 metros por 100 metros, que es un cuadrado, es decir, un total de 10 mil metros (cuadrados). En números, la Sedena destruía una tercera parte anual de lo que la PGR destruía. Y sale más barata la destrucción vía aérea que la manual; en su momento se hizo un estudio por rubro. En el Ejército, una vez que se hizo cargo, se dejó de realizar un seguimiento organizado”, dice Morales Olivares.