Estados Unidos invade el cauce del Río Bravo para construir una vialidad que desahogue el tráfico en El Paso, Texas
Construyen 'otro muro' sobre frontera México - EUA
Estados Unidos invade el cauce del Río Bravo para construir una vialidad que desahogue el tráfico en El Paso, Texas
Cd. Juárez, México.- Estados Unidos invade el cauce del Río Bravo para construir una vialidad que desahogue el tráfico en El Paso, Texas, lo que preocupa a ecologistas y activistas al considerar que sufrirá un daño el afluente, además de ser un muro más en la frontera.Sin embargo, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), determinó que la obra no afectará la corriente.En una parte, a la altura del Parque Las Tortugas en Ciudad Juárez, los pilotes cruzaron la valla fronteriza, sobre la cual se elevarán los carriles.La CILA descartó que la vía, denominada Border West Express Way, construida por el Departamento de Transporte de Texas (TxDOT), ocupe territorio mexicano.Toda la construcción se ubica totalmente en territorio de los Estados Unidos, indicó a REFORMA José de Jesús Luévano Grano, Secretario de la sección mexicana de la CILA.Recalcó que la estructura cruza la valla fronteriza porque ésta no es la línea divisoria.Los pilotes que sostienen esa estructura se ubican en la margen estadounidense del río, el cerco no es de ninguna manera la frontera, subrayó.Luévano Grano precisó que el centro del cauce piloto del Río Bravo es el límite internacional.Y en ningún momento, la estructura, ni siquiera llega al cauce piloto, dijo.No obstante, para Félix Pérez Verdugo, integrante de la Alianza Internacional Ecologista del Bravo, sí existe un perjuicio al Bravo.Definitivamente se está dañando el río, está afectando el cauce de alguna manera, se está afectando porque debe de tener siempre vía libre, corriente de agua y pues ahí es un obstáculo realmente que se está construyendo, consideró el ecologista.Qué conveniente es para ellos que mientras están planeando construir un muro, que divida, que deje fuera a los mexicanos, ellos están construyendo lo que sí les conviene afectando la parte que es de los dos países, subrayó Pérez Verdugo.Sugirió que la obra debería tener la opinión de las autoridades mexicanas, no sólo de la CILA, puesto que el Bravo es parte de los dos países.Pérez Verdugo expuso que si México hubiera levantado una obra similar, Estados Unidos no la hubiera aceptado.Lo más seguro es que hubieran replicado algo contra México, aseveró.Pero Luévano Grano explicó que el río Bravo tiene dos bordos, uno del lado mexicano y otro del estadounidense.Y luego está un cauce en medio, que es donde va el agua, ese es el cauce piloto, y los pilotes están dentro del cauce de inundación del río.- ¿Cuál es la diferencia entre cauce de inundación y cauce piloto?, se le preguntó.- El cauce de inundación es todo lo que está entre los bordos, es el cauce de contracción, entre los dos bordos, y el cauce piloto es el cauce por donde normalmente escurre el agua, el que está en medio, mencionó.Luévano Grano explicó que la CILA revisó el proyecto para asegurar que, en primer lugar, se ubicara en territorio norteamericano.Y segundo que esas obras no se van a constituir en una desviación u obstrucción de la corriente normal del Río Bravo o de sus avenidas, recalcó el funcionario.¿La obra está sobre el cauce del Río Bravo?, se le cuestionó.Así es. Una parte, una porción muy pequeña, dijo a la vez que expuso que no excede 3 kilómetros sobre el cauce y luego se regresa hacia el lado paseño de la valla.Cuestionado sobre por qué se mete hacia el río, comentó que porque se carece de espacio.No hay espacio en Estados Unidos, está ya la (calle) Paisano ahí, , puntualizó.Invade el cauce del río Bravo, pero dentro de su territorio.El proyecto fue presentado a la sección estadounidense de la CILA a principios del 2016 y lo aprobó, lo cual reafirmó la sección mexicana.Ellos nos lo remitieron a nosotros, y lo revisamos y se acordó por parte de la Comisión que no existía problema en la construcción del mismo en lo que se refiere a obstrucción sobre el escurrimiento del río Bravo, mencionó.El cerco se ubica totalmente en territorio de los Estados Unidos, y varía la distancia de la frontera, el cerco, desde medio metro hasta 15 metros o más dentro de territorio de los Estados Unidos, expuso.Nosotros revisamos el proyecto en lo que se refiere a que es una obra que se ubica sobre o una parte de la misma, se ubica sobre el cauce del río Bravo, y en ese sentido, todas las obras que se construyen sobre el cauce del Río Bravo deben ser sometidas, a la aprobación de esta comisión en los términos del Tratado de Límites de 1970.Se analizó que la estructura no afectara la corriente normal del Bravo o de las avenidas que se pudieran presentar.A su vez, Pérez Verdugo consideró que se debe revisar si ha habido variaciones en el Tratado de Guadalupe Hidalgo, en el que se estableció al Río Bravo como la frontera internacional.Consideró que en este asunto, existe también una responsabilidad de México en cuanto a las decisiones que está tomando de aceptar este tipo de construcciones.El CILA se creó no para proteger los bienes de México, sino para proteger y asegurar los bienes de Estados Unidos, entonces el CILA no es, pues, una garantía para nosotros, señaló.Ellos están vigilando que no se afecte Estados Unidos.El ecologista y docente universitario, consideró que se deberían realizar estudios de impacto ambiental.Debería de nombrarse una comisión especial que no sea el CILA, y que sean quienes determinen si eso afecta o no.Todo obstáculo que pongas a la naturaleza va a afectar, incluso la misma valla, el muro fronterizo, son obstáculos para la fauna.Pérez Verdugo opinó que Estados Unidos se está convirtiendo en el país que le importa muy poco el medio ambiente.Con estas obras, la frontera entre México y Estados Unidos comienza a incrementar sus paredes, incluso sin el muro propuesto por el Presidente Donald Trump.Yo sí lo veo que es un muro, es una separación y es algo como para decir vamos a empezar el muro, a lo mejor no de la manera, pero sí de algo que va a separar totalmente, consideró a su vez, el sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez.