¿Cómo llegó el movimiento insurgente a Reynosa en 1810 y 1811?
Reynosa, Tam.- En el Archivo Municipal de Reynosa perduran una serie de documentos y expedientes del Virreinato, la Intendencia de San Luis Potosí, la Comandancia de las Provincias Internas de Oriente y la propia villa de Reynosa que narran los aspectos de la lucha armada durante la Independencia de México, entre 1810 y 1821. En las Series de Comunicaciones de Cabildo, Decretos, Bandos, Circulares y Milicia del Fondo Reinosa Colonial, la documentación nos presenta la posición realista ante el primer movimiento insurgente que duraría entre septiembre de 1810 y marzo de 1811. El 22 de septiembre de 1810 el comandante Félix Calleja de la Décima Brigada en San Luis Potosí, a la cual pertenecían las tropas militares del Nuevo Santander y Nuevo Reino de León, comunicaba de los eventos en San Miguel el Grande y en el pueblo de Dolores, pidiendo a los gobernadores del noreste que reunieran sus fuerzas militares en dicha capital para prevenir el avance de la insurgencia hacia el norte. Habían pasado entre 11 y 13 días desde el estallido insurgente del 16 de septiembre cuando recibieron el comunicado de Calleja los gobernadores: Manuel de Iturbe e Iraeta en el Nuevo Santander (actual Tamaulipas) el día 27, Antonio Cordero y Bustamante en Coahuila el 28 y Manuel de Santa María en el Nuevo Reino de León el 29. Es probable que estas noticias se hayan propagado desde Guanajuato hacia las Villas del Norte en el Río Bravo a través de diferentes medios, mientras que la comunicación oficial llegaba más tarde. Comunicaciones Por la comunicación enviada al cabildo de Reynosa, conocemos que, el 20 y 27 de octubre, el gobernador Iturbe en su centro de mando en San Carlos, entonces capital del Nuevo Santander, recibió informes sobre el ejército de cuatro mil hombres que se dirigía de San Luis Potosí hacia Dolores al mando de Félix Calleja, ocupando los pueblos de San Felipe, San Bartolo y Sandoval. El documento mencionaba el nombramiento, como General en Jefe del Ejército de la Corona Española, dado por el Virrey Venegas a Calleja y como su segundo al Conde de la Cadena, Manuel Flon Tejada. Desde el 2 de octubre se sabía en San Carlos que el personal acantonado de las milicias del Nuevo Santander en Nacogdoches, Texas, incluyendo Eugenio de la Garza de Reynosa, andaban de sublevados junto con otros paisanos de la villa de Presas (actual villa Aldama, Tamaulipas). El levantamiento insurgente en Texas sería encabezado por el capitán Juan Bautista de las Casas, en San Antonio, en enero de 1911. Este capitán de las Milicias Provinciales en Texas era originario de villa de Croix, actualmente villa de Casas, Tamaulipas; en ese movimiento aprehendió al gobernador de Texas, Manuel María de Salcedo, y al exgobernador del Nuevo Reino de León, Simón Herrera y Leyva. En San Antonio de Béjar en Texas, la insurgencia surgiría dentro de la milicia que había sido trasladada desde el Nuevo Santander y Nuevo Reino de León para proteger la zona neutral entre Texas y la Luisiana, entre el río Sabinas y el río Rojo. Estas tropas eran comandadas por el antiguo gobernador del Nuevo Reino de León, Simón Herrera quien junto con el gobernador de Texas Manuel Salcedo, serían puestos en prisión y llevados a Monclova por los insurgentes capitaneados por Juan Bautista Casas, a finales de enero de 1811. El gobernador, Manuel de Iturbe e Iraeta, también recibió información del 5 de noviembre en San Carlos, que posteriormente sería enviada a Reynosa, donde se reafirmaba la retórica contrarrevolucionaria en contra del “hereje cura Hidalgo”. Otra información recibida el 7 de noviembre de 1810 en San Carlos, la cual fue posteriormente despachada el 27 de noviembre a Reynosa, narra las batallas de las Cruces y de San Jerónimo de Aculco y las posibilidades que tuvieron los realistas de capturar a Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo. Jiménez y los Hermosillo Desde noviembre, los cabecillas insurgentes comisionaron a Mariano Jiménez para llevar el movimiento hacia el norte; ya para principios de diciembre se encontraba en San Luis Potosí, donde intercambiaría cartas con el cura bachiller José Antonio Apolinario Gutiérrez de Lara, hermano de José Bernardo Maximiliano, los principales insurgentes oriundos de la villa de Revilla (antiguo Guerrero) en el Río Bravo, promotores y creadores de las primeras proclamas de la insurrección en el noreste. Para diciembre se encontraba adelantado Rafael González Hermosillo con la insurgencia, junto con su hijo Ramón y un puñado de hombres que dispersaban también la propaganda subversiva en los pueblos del noreste. En enero de 1811, los Hermosillo, como se conocían a los oriundos de la villa de Lagos, Rafael y Ramón, asumen una activa participación en todos los pueblos del Nuevo Reino de León y en algunas villas del Nuevo Santander. De Rafael González Hermosillo se especula haya estado en las villas del norte del Nuevo Santander a principios de febrero. Insurrección en Reynosa En febrero de 1811, el obispo de Monterrey, don Primo Feliciano Marín de Porras en su huida hacia Altamira fue protegido por una escolta realista a lo largo del río Bravo hasta Reynosa. Escolta que en su regreso al Nuevo Reino de León informó sobre la insurrección que había ocurrido en la villa de Reynosa. Sus habitantes se habían posesionado de los caudales de los impuestos recogidos (caudales de los seis fielatos y otras alcabalas) en las villas a lo largo del río Bravo. Los insurgentes apresaron a José Blas de Iriarte, hijo del administrador del Nuevo Santander Juan José de Iriarte, quien había sido enviado por su padre a recaudar los impuestos de las villas del norte. El 14 de febrero, el español Manuel de Orive observó en el rancho Santa Gertrudis al sureste de Camargo, el mismo sitio donde sería la batalla contra los franceses en junio de 1866, a Pedro Ballí con 21 hombres llevando preso al joven recaudador para Monterrey. En este último lugar se encontraba don Mariano Jiménez desde el 26 de enero, ahí también lo visitaron otros promotores de la insurgencia del río Bravo, entre los que se encontraban los grupos indígenas garzas o ayaguas de Mier y los carrizo de Camargo. Estos fueron unos de los principales generadores de la insurgencia durante los siguientes dos años a lo largo del río Bravo. Jiménez había logrado el dominio momentáneo en lo que serían de nuevo las provincias de oriente: Coahuila, Texas, Nuevo Reino de León y Nuevo Santander. El movimiento insurgente hacia el noreste acaudillado por Jiménez puso de momento a los gobernadores Cordero de Coahuila en prisión, a Santa María del Nuevo Reino de León casi convertido en insurgente y a Iturbe del Nuevo Santander huyendo hacia Altamira. El éxito de los revolucionarios obtenido en el territorio entre San Luis Potosí hasta la frontera de Texas con la Luisiana, pronto se disiparía por una conjura realista emanada en algunos poblados de Coahuila, Texas y parte de Nuevo León, donde el principal autor intelectual sería el mismo gobernador de Texas, Manuel Salcedo. Estaba por terminar la primera etapa del primer movimiento de la Independencia de México, con la captura de los caudillos insurgentes en Acatita de Bajan cerca de Monclova. La insurgencia tendría partidarios incondicionales entre la población nativa del rio Bravo, causando notables levantamientos en 1812 y 1813. Esos eventos serán contados en otra ocasión.
El Virrey Francisco Javier Venegas y el Comandante en Jefe, Félix María Calleja.