Las partículas suspendidas con un tamaño igual o menor a 2.5 micrómetros (PM2.5) constituyen el principal riesgo ambiental para la salud humana, pues generan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, apunta la investigación liderada por la Universidad Washington en San Luis (WUSTL, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Globalmente, los científicos estimaron que 3 millones 832 mil muertes registradas en 2017 son atribuibles a la exposición a partículas PM2.5.
Aunque se encuentran de manera natural en el medio ambiente, como en el polvo del desierto o en las emisiones volcánicas, la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas está vinculada con más de un cuarto de estas muertes (1.05 millones), precisa el documento.
Los hallazgos se realizaron gracias a un nuevo conjunto de datos mundiales sobre emisiones que contribuyen a la contaminación del aire desarrollado por Erin McDuffie, autora principal del estudio. La investigadora visitante de la WUSTL también mejoró el modelo GEOS-Chem, una herramienta computacional utilizada para modelar la química de la atmósfera.
Los especialistas evaluaron 204 países, entre ellos México, donde ocurrieron 34 mil 259 muertes en 2017 atribuibles a la exposición a partículas PM2.5.