El Chelsea es el nuevo rey de Europa.
El conjunto londinense derrotó esté sábado al Manchester City en la gran final de la Champions League y se alza con la segunda Liga de Campeones de la historia del club. Un gol de Havertz al filo del descanso dio la victoria a los de Tuchel, que dejan a Guardiola sin el trofeo por el que tanto ha buscado desde que salió del Barcelona. El técnico español buscó sorprender pero se fue él el que se vio sorprendido.
Su propuesta, muy ofensiva, con Gundogan de mediocentro y Sterling en ataque, recibió la respuesta del muro blue, que se plantó en el centro del campo y no dejó combinar a los cityzens. La posesión era del City pero las ocasiones más claras eran del Chelsea, que podría haberse marchado al descanso más tranquilo si Werner hubiese estado más acertado. En el minuto 42, Mount, dejó solo a Havertz con un gran pase, y el alemán hizo justicia tras sentar a Ederson para que los suyos se marcharan por delante al descanso.
En la segunda parte, Guardiola se vio obligado a cambiar el equipo. De Bruyne tuvo que retirarse por un duro golpe y el técnico dio entrada a Gabriel Jesus y al poco cambio a Bernardo Silva por Fernandinho para volver a tener un mediocentro defensivo y un delantero.
El City cada vez achuchaba más, pero el Chelsea se sentía cómodo saliendo en velocidad. Pulisic pudo rematar el partido pero su picada sobre Ederson se marchó fuera por poco. Agüero entró al campo para jugar su último partido con el City, pero el argentino no pudo inquietar a Mendy y se quedó sin cumplir su promesa de despedirse del club con una Champions.
Tuchel se sacó la espina de la final perdida con el PSG la temporada pasada y se consolida como uno de los mejores técnicos de Europa. Azpilicueta, el único integrante que queda del título conseguido por el Chelsea en 2012, levantó al cielo de Oporto la segunda Champions de la historia del club.