Aguas Calientes, Perú
Dicen que este mágico lugar es como una mujer que no revela sus encantos a la primera oportunidad, hay que cortejarla y hablarle suavecito para que poco a poco desvele sus encantos, los cuales suelen estar cubiertos, sutilmente, por nubes que parecen de algodón.
Para constatarlo hay que viajar hasta la cima del imperio inca, a esas mágicas montañas donde los pobladores lograron construir magníficos templos, sin caballos ni tecnología de avanzada. Hay que lanzarse a esta odisea, aunque sea una vez en la vida. El lugar, cuyo nombre significa en quechua “montaña vieja”, sigue siendo un misterio.
VALLE SAGRADO
Tras dejar Lima, la capital, hay que llegar al Valle Sagrado para empaparse un poco de la historia de los incas y aclimatarse a las alturas. Es en el pequeño poblado de Ollantaytambo donde abordamos un tren que nos lleva a las faldas de las montañas.
Durante el trayecto usamos doble cubrebocas así como careta. No se pueden ingerir líquidos ni alimentos. Sin embargo, está la opción de ir al carro bar y desde un balcón-ventana respirar aire fresco y fotografiar el paisaje.
Al llegar a Aguas Calientes, pintoresco Pueblo que está al pie de la que es considerada una de las Siete Maravillas del Mundo del Moderno, hay que subirse a un autobús para seguir la ruta que realizaban los antiguos incas. Hay aventureros que se animan a ir cuesta arriba a pie.
Para hablar con los dioses Un manto cerrado de nubes y una llovizna pertinaz aparecen como bienvenida. La niebla inunda nuestros ojos.
El guía, orgulloso de sus antepasados, comenta que este importante centro ceremonial llegó a albergar a más de mil personas y fue edificado en el año 1450 de la era cristiana, durante el reinado del inca Pachacútec.
Nuestro anfitrión también nos habla sobre los productos estrella de esta cultura: el maíz y la coca, plata medicinal muy valorada entre los incas.
Pero, sobre todo, nos invita que pidamos a la Pachamama o Madre Tierra, nos permita ver la prodigiosa construcción.
A lo lejos aparecen las llamas mirando hacia el infinito y estirando sus largos cuellos. De igual forma vemos una vizcacha, animalito mezcla de conejo con ardilla, que parece estar siempre listo para la foto del recuerdo.
Aguas Calientes, pintoresco Pueblo de Perú.