“Mi código moral de niña y ahora de adulta es la necesidad de que me consideren alguien de bien”, con esta frase comienza el documental de Taylor Swift, “Miss americana”, que presentó el 23 de enero de 2020 en el Festival de Cine de Sundance. La intérprete, sin saberlo, decretó así un año lleno de cambios en el que precisamente reafirmó que ya no sólo es una cantante popular sino una de las figuras más influyentes del mundo.
Este año, Swift fue referente de ventas en streaming, rompió récords musicales establecidos desde hace una década, pero en especial destacó por participar activamente en la política, de la que había guardado distancia, además de movimientos sociales, como la defensa de grupos LGBT y el Black Lives Matter.
NÚMERO DE LA SUERTE
Ayer domingo fue su cumpleaños número 31, fecha que había considerado especial en su adolescencia: “Desde que tenía 13 años me ha entusiasmado la idea de cumplir 31, porque es mi número de la suerte al revés, es la razón por la que quería sorprenderlos con esto”, publicó hace unos días en sus redes sociales, en donde presentó su segundo álbum lanzado este año de pandemia, titulado “Evermore”.
Su documental marcó el inicio de un año distinto, pues en él sus seguidores la escucharon en revelaciones personales como la incomodidad que siente al ser una estrella desde los 14 años, o los problemas alimenticios que ha padecido. Incluso habló del momento en el que fue víctima de acoso sexual por parte del reconocido locutor estadounidense David Mueller, a quien demandó.
LA POLÍTICA
Swift tampoco se guardó nada respecto a su postura política en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, al calificar a Donald Trump de racista y violento. “Te echaremos en noviembre”, escribió en su Twitter, en donde tiene más de 87 millones de seguidores.
En abril, la principal organización en defensa de los derechos de las personas LGBT en Estados Unidos le otorgó un premio honorífico por su activismo a favor de la igualdad.
También alzó la voz respecto a los derechos de sus canciones por los que enfrentó una batalla legal. Eso no le quitó ser la segunda mujer más escuchada en Spotify (debajo de Billie Eilish) y obtener el lugar de Whitney Houston, liderando 47 semanas en Billboard.